miércoles, 3 de diciembre de 2008

Bienvenido a Air Zapatero



Estos últimos días he abandonado mi soporífero sitio de trabajo en la Oficina Comercial para desplazarme hasta la sede de la Embajada aquí en Bangkok, con el propósito y la obligación de echar una mano en la organización de la más que discutible "evacuación de emergencia" de los turistas españoles "atrapados" en Tailandia. Dicha "arriesgada" misión, según la versión oficial, fue planificada personalmente por el mismísimo presidente del Gobierno (y agente de viajes en funciones), el Sr. Rodríguez Zapatero.

Lo primero quisiera desmentir por última vez que aquí en Bangkok, y menos aún en el resto de Tailandia, uno pueda sentir peligro alguno. Ni hoy, ni ayer ni hace 193 días, que es cuando comenzaron las manifestaciones antigubernamentales. Estoy cansado de llevarle la contraria a los medios, a diversas organizaciones gubernamentales, entre ellas el Banco Mundial, las Naciones Unidas o alguna que otra Embajada, sobre todo a aquellas informaciones que se redactan o elaboran a 10.000 km de distancia del origen de la noticia. Yo he estado en los sitios "conflictivos", donde algunos de los que redactan dichos comunicados no han estado en su vida, y sin aires de grandeza ni heroicidad alguna, he de decir que me he divertido mucho más que me he acojonado. Si que es cierto que ha habido disturbios, tiroteos, explosiones, heridos y hasta algún muerto, que han corrido rumores de que quizá un nuevo golpe de estado estaba a la vuelta de la esquina, pero sinceramente al final de cada calle, día tras día, desde hace meses, lo más parecido a un tanque con lo que me he llegado a encontrar ha sido con un pobre elefante.

De ahí que a continuación os adjunte una crónica más que razonable, razonada sobre la "providencial" misión de rescate en la que he tenido el placer, no sé si el orgullo, de haber participado. Obviamente adelanto que a pesar de no estar en absoluto de acuerdo con algunas de las crónicas sensacionalistas que ha ido sacando David Jiménez durante estas últimas semanas, estoy completamente de acuerdo con el artículo que va a continuación, "Bienvenido a Air Zapatero", del citado periodista, corresponsal para el diario El Mundo aquí en Bangkok, y alrededores.

Y es que cuando uno tiene razón, no hace falta dársela, porque ya la tiene.


Bienvenido a Air Zapatero

La escena de los turistas españoles peleándose por subirse a algunos de los aviones enviados por el Gobierno a Tailandia habría encajado a la perfección en una nueva versión de 'Aterriza como Puedas', aquella comedia del absurdo que triunfó en los 80. Se discute si los pasajeros llegaron a las manos o si los hubo con la falta de elegancia como para negarse a ceder el sitio a una mujer embarazada. No quiere uno pensar en qué habría pasado si en lugar de estar siendo evacuados de Tailandia hubieran quedado atrapados en... Pongamos Mumbay.

Contra el comportamiento individual de cada uno poco hay que hacer. Más preocupante es el precedente fijado por el Gobierno de enviar al rescate a quienes no necesitaban ser rescatados, malgastando el dinero de los contribuyentes y poniendo a disposición de los turistas aviones militares que deberían ser utilizados en verdaderos casos de emergencia.

Porque más allá del ruido mediático y de algunas muestras de histerismo, ninguno de los afectados por retrasos y cancelaciones corría más peligro que sufrir una insolación tropical por extensión vacacional.

En la última semana de crisis no se ha producido una sola manifestación en las playas del país y la única forma de encontrar una en la capital era poniendo mucho empeño en dar con ella. Las protestas se concentraban en tres puntos concretos de la ciudad -los dos aeropuertos y la Casa del Gobierno- y no han evitado que los niños sigan yendo al colegio y las ancianas paseen en los parques. El Gobierno tailandés subvencionaba hoteles y comidas a la espera de que se reanudara el tráfico aéreo.

Todo ello no ha evitado que entre los turistas españoles haya quienes han regresado a casa contando increíbles historias llenas de dramatismo, documentadas en al menos un caso con un vídeo que recoge explosiones grabadas a través del teléfono móvil. Lástima que resultaran ser petardos arrojados por una pandilla de niños.

El Gobierno debería haber atendido los casos de urgencia médica o de otro tipo, si los hubiera habido. Por supuesto es un fastidio no llegar al bautizo del sobrino, perderse el partido del domingo o faltar al trabajo (esto menos), pero los retrasos y cancelaciones son gajes del viajero y no responsabilidad de los Gobiernos. En todo caso, la organización de alternativas debe correr a cargo de las líneas aéreas y los operadores turísticos.

Dicen que la decisión de enviar los aviones fue de José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente puede esperar sentado a que le den las gracias. Algunos turistas -siempre hay excepciones- respondieron a la generosa oferta de llevarlos de vuelta organizando su propia rebelión, quizá contagiados por el ambiente local. Pancartas y gritos para protestar que nadie hubiera acudido antes a buscarles. Les faltó quejarse de la comida del avión.

Cargados con sus últimas compras y tomando desde la ventanilla del avión las últimas fotos del paisaje tropical, los turistas veían como su odisea concluía con final feliz. España había ejecutado con éxito la operación 'Salvar al turista González' justo cuando la crisis política finalizaba y los aeropuertos se preparaban para reanudar sus vuelos regulares. Con un poco de paciencia nos habríamos ahorrado el bochorno del 'súbase quién pueda' protagonizado por varios afectados y el dinero de fletar tres aviones.

La lección queda ahí. En adelante, cuando el mal tiempo, una huelga o una manifestación provoquen la cancelación de su vuelo, en La Habana o Asturias, no se olvide de llamar a Air Zapatero. Si el precedente tailandés sirve de algo, puede esperar a que le rescaten. Pero prepare los codos: puede haber empujones para subirse al avión.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Lucha de clases en Bangkok



A continuación adjunto un artículo escrito por un amigo periodista, Ángel Villarino, donde se describe a la perfección el inestable a la vez que surrealista clima político que se vive últimamente por aquí por Tailandia. Espero que os sirva para entender qué es lo que sucede por aquí, comprenderlo ya os adelanto que es tarea imposible:


Tailandia está inmersa en una revuelta que puede desembocar en un nuevo golpe de Estado. La élite de este paraíso turístico reclama unos privilegios electorales que ni el Gobierno ni las clases más bajas están dispuestos a permitir. El Ejército, acostumbrado a inmiscuirse de modo antidemocrático en la vida política del país, podría encontrase esta vez con la resistencia de la población más desfavorecida.

Ir en taxi al Palacio de Gobierno de Bangkok está poniéndose cada vez más difícil. Muchos conductores tienen miedo de quedar empantanados en el tráfico. Otros se niegan a transportar pasajeros hasta allí. “No quiero llevar a nadie, sólo hay mala gente que no piensa como yo y que cree que no soy una persona como ellos”, se queja Thanarat Sematol, un taxista que llegó hace un año desde una aldea rural, atraído por el sueño de la gran ciudad. Un sueño roto durante 14 horas al día, las mismas que este campesino de manos nudosas pasa al volante de un taxi que no es suyo, atravesando el tráfico alocado de una metrópolis que ni siquiera conoce bien. “A veces no sé cómo ir a los sitios”, admite riéndose. Entre la gasolina y el alquiler del vehículo, hay días que Tharanat pierde dinero, entre otras cosas porque los taxis de Bangkok son famosos por estar entre los más baratos del mundo. Gracias a las propinas, las carreras al aeropuerto y la inocencia de algún turista despistado, consigue llegar con dificultad a fin de mes y pagar el alquiler de una casa de madera sin agua corriente, donde viven sus tres hijos y su mujer. “No me gusta Bangkok, hace tiempo que quiero volver a mi pueblo, pero no saco valor para irme”.

Amotinados: Vestidos de color amarillo, que simboliza al Rey Bhumibol, los tailandeses de las clases medias y altas se manifiestan contra el Gobierno.
El dueño de la compañía para la que conduce Thanarat seguramente piense de otra manera. Como miembro de la élite urbana tailandesa, debería simpatizar con los manifestantes que desde el pasado 26 de agosto acampan en los jardines del Gobierno. Tras tomar al asalto el palacio, armados con cascos de moto, barras de metal y palos de golf, los rebeldes levantaron un verdadero fortín alambrado, en el que no faltan los comedores gratuitos, las tiendas de ropa y souvenirs con los símbolos de su lucha, e incluso una sala de masajes donde relajarse. Mientras tanto, los consejos de ministros y las ruedas de prensa del premier Somchai Wongsawat se celebran en modestas habitaciones en una sede improvisada en el viejo aeropuerto de la ciudad.

Los amotinados, vestidos de amarillo (el color que simboliza al Rey Bhumibol), representan a las clases medias y altas, a los tailandeses instruidos o acomodados, a los que aparcan sus coches en los lujosos centros comerciales de la capital. En definitiva, a menos de un 20% de la población. Se hacen llamar la Alianza del Pueblo para la Democracia (PAD, en sus siglas en inglés), aunque tienen una curiosa manera de hacer lo que prometen sus siglas: defienden un sufragio restringido en el que las élites puedan controlar un porcentaje de votos suficiente como para asegurarse quien gobierna. Su propuesta es reservar un 70% de los escaños a grupos de profesionales y especialistas cualificados. Para el resto, para Thanarat y los suyos, dejan el 30%. “Es la única manera de que los políticos corruptos no engañen a los pobres, compren sus votos y saqueen el país”, explica durante las protestas, en un inglés perfecto, una anciana que prefiere no dar su nombre.

En las carpas del PAD comparten un odio visceral hacia el Gobierno, que consideran un pozo sin fondo de corrupción y un títere del magnate y ex primer ministro Taksim Shinawatra, llamado el “Berlusconi tailandés” y exiliado en Londres desde que fuera derrocado por un golpe de Estado en 2006, en una revuelta precedida por una campaña de manifestaciones similar a la actual. Durante sus años de mandato, Taksim mejoró las condiciones de la población rural y, al mismo tiempo, engordó su holding personal privatizando empresas públicas, distribuyendo las restantes entre sus amigos y aumentando sin freno su poder. Los militares, cansados del escándalo continuo en el que se había convertido la vida pública y asustados ante una figura que estaba alcanzado más protagonismo que la propia Casa Real, decidieron atajar la amenaza. Sacaron a la calle los tanques, como han hecho tantas veces en los últimos 70 años, instalaron un Gobierno técnico y convocaron elecciones para un año después. Los comicios se celebraron a finales de 2007 y los partidarios de Taksim volvieron a ganar. Samak Sundaravej, un veterano anticomunista que se hizo famoso como ministro de Defensa en los años duros de la dictadura militar, encabezó la nueva coalición populista hasta que, a principios de septiembre, fue inhabilitado por una sentencia del Tribunal Constitucional que consideró “incompatible” su mandato con un programa de cocina que protagonizaba en televisión y por el que llegó a cobrar unos 3.000 dólares. Días después, un político más joven y de corte igualmente populista, Somchai Wongsawat, fue elegido por la coalición para sustituirlo.

Muchos turistas no se enteraron de que estaban viviendo el fin de un Gobierno democrático hasta que los militares les pidieron disculpas por las molestias

La mayoría de los observadores extranjeros están convencidos de que, en muchas de sus acusaciones, al PAD no le falta razón. Algunas evidencias son indiscutibles: el actual primer ministro, Wongsawat, es cuñado de Taksim y, como ya hizo Sundaravej, pretende arreglar las cosas para acabar con el exilio del magnate, amén de mantener las ayudas y concesiones al electorado rural y a las clases desfavorecidas.

Cada vez que Tailandia sufre una crisis política, en Bangkok se disparan los rumores sobre un nuevo golpe de Estado. Así ha sido durante las últimas décadas y algunos simpatizantes del PAD no esconden su deseo de que vuelva a ser así otra vez. “Lo que pasa es que muchos oficiales ya no piensan así. Creen que si vuelven a reaccionar ante las protestas del PAD podría dar la sensación de que obedecen a sus intereses y no al bien del país”, opina Om Saranda, profesor de una escuela de negocios de la capital. Podría tener razón: desde que comenzó esta crisis, la plana mayor del Ejército ha insistido en que no darán un golpe de Estado, asegurando que los problemas se tienen que resolver por vías políticas.

La postura de los militares, aseguran muchos analistas, podría cambiar en cualquier momento. Y en las últimas semanas la situación ha degenerado, con esas imágenes de cuerpos mutilados y gente sangrando que tanto asustan en un país que vive del turismo y la inversión extranjera. Ocurrió la tarde del 7 de octubre: los manifestantes del PAD, en una nueva provocación, intentaron asaltar el Parlamento durante la sesión de investidura de Wongsawat. El flamante primer ministro tuvo que escapar por una puerta trasera, saltar una verja y ser rescatado en helicóptero. Algunos de sus ministros se quedaron encerrados en el edificio, mientras los amotinados lanzaban piedras contra las ventanas, cerraban las llaves de agua y cortaban los cables de la luz. El Gobierno decidió que habían llegado demasiado lejos y, tras meses de contención, envió por primera vez a la policía. El saldo fue terrible: dos muertos, más de cuatrocientos heridos y varios mutilados que hoy enseñan sus lesiones a quien quiera verlas en los campamentos del PAD.

Muchos creen que la represión policial, los muertos y heridos, las escenas de pánico y la cancelación de las reservas de los hoteles podrían poner punto y final a la crisis. Si la violencia vuelve a las calles, insisten, todo acabará con una nueva revuelta. A muchos les queda ya una sola incógnita por resolver: ¿Cómo reaccionará Thanarat y quienes comparten su punto de vista si el Gobierno que regala sacos de arroz es derrocado por la fuerza? “La policía debería sacar a los amotinados del Palacio de Gobierno a golpes. Si no quieren hacerlo ellos, que nos dejen a nosotros, que sabemos cómo y estamos preparados”, afirma el taxista.

El último golpe de Estado que vivió Tailandia, en septiembre de 2006, fue una de las asonadas más pacíficas de todos los tiempos. Muchos turistas no se enteraron de que estaban viviendo el fin de un Gobierno democrático hasta que los militares les pidieron disculpas por las molestias causadas, a pie de tanque y con una sonrisa en la boca. “Por aquel entonces los partidarios de Taksim estaban menos organizados y no tuvieron tiempo de reaccionar. Nada garantiza que sea de nuevo así si pasa otra vez”, concluye el profesor Saranda.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Ko Kred




Ko Kred es una isla ubicada en el río Chao Phraya, en la provincia de Nonthamburi, al norte de Bangkok, a la que sólo es posible acceder por barco y para la que en determinadas ocasiones, sobre todo en época de lluvias, una vez en tierra, se recomiende utilizar el flotador. En la isla existen diversas atracciones: hay varios templos, un museo, una aldea de artesanos, una pequeña granja, una tienda de deliciosos postres y un pequeño bar, el Cowboy Country, regentado por un descendiente de la etnia mon, quien es capaz de servir cerveza fría y galletas de frutos secos con la misma amabilidad que acaricia las cuerdas de su guitarra. Hasta su barra se alargó mi inmersión a esta recóndita isla, nunca mejor dicho, ya que durante el tiempo que estuve en Ko Kred la principal atracción, además de su enorme hospitalidad y pasión por la música, fue el agua que cubría hasta las rodillas, ya que debido a las últimas inundaciones, la tierra firme había pasado a ser temporalmente territorio sumergido.

Ko Kred

Ko Kred is an island located in the Chao Phraya River in the Nonthamburi province, northern Bangkok, which is only accessible by boat and that on certain occasions, especially in rainy season, once inland, the float can be recommended. On the island there are several attractions: different temples, a museum, a village of artisans, a small farm, a store of delicious desserts and a small bar, the Cowboy Country, run by a descendant of Mon ethnic, who is capable of serving cold beer and nut cookies with the same kindness that he caresses the strings of his guitar. Until his bar was lengthened my immersion in this hidden island, never better, since during the time I was in Ko Kred the main attraction, in addition to their enormous hospitality and passion for the music, the water was covering up to my knees, since due to the recent floods, the land had become temporarily a submerged territory.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Ruta 1095



135 kilómetros son los que separan Pai de Chiang Mai. En avioneta, 25 minutos. En motocicleta, 4 horas. El trayecto por carretera se realiza por la famosa ruta 1095, una montaña rusa de asfalto bacheado que transcurre de manera enrevesada entre parajes montañosos aderezados con abundante vegetación y salpicados con algún que otro poblado, donde además de recibir una calurosa bienvenida por los lugareños es posible parar a repostar, ya sea a gasolina o de sopa de noodles y cerdo a la parrilla. A pesar de las inclemencias del tiempo, más propio de mi patria querida que de Tailandia, del estado de la carretera y de la escasa potencia de la moto en la que viajaba, la ruta 1095 se convierte en una aventura que corrobora aquello de que el camino se hace al andar, a poder ser en moto, no al volar.


(Route 1095)

135 km separate Pai from Chiang Mai. In light plane, 25 minutes. In the motorcycle, 4hours. The journey by road is made through the famous Route 1095, a roller coaster of bumped asphalt so convoluted that elapses between seasoned mountain sites with abundant vegetation and dotted with a few other towns where besides a warm welcome is possible to refuel, either based on gasoline or noodle-soup or grilled pork. Despite inclement weather, more of my beloved homeland that of Thailand, the state of the road and the limited power of the motorcycle in which I was traveling, the 1095 route becomes an adventure that corroborates that the way is to walk or drive, if possible, by motorcycle, not to fly.

Pai



Pai es un pequeño pueblo de no más de 5.000 habitantes situado en el norte de Tailandia junto a la frontera con Myanmar, al norte de Chiang Mai siguiendo la carretera que va hasta Mae Hong Son. Se asienta a ambos márgenes del río Pai, a los pies de las montañas más altas del país, donde se han ido estableciendo en los últimos tiempos diversas tribus como los karen, los hmong, lisu y los lahu.

Un lugar genuino, natural y bello, salpicado de gente curiosa que trata de escapar de las aglomeraciones y de renunciar, sobre todo, de las prisas a las que por desgracia invita forzosamente la vida moderna. Afortundamente en este planeta todavía quedan remedios como Pai, un sitio donde todavía se vive en pausa, sin forzar, y donde se puede disfrutar libremente de la eternidad de cada momento.

(Pai)

Pai is a small town with a population of no more than 5.000 inhabitants in northern Thailand near the Myanmar border, north of Chiang Mai on the route to Mae Hong Son. It lies along the Pai River, at the foot of the mountains where many hill tribes like Karen, Hmong, Lisu and Lahu are settled.

A genuine place, natural and beautiful, splashed by curious people seeking to escape the crowds and give up the rush to which unfortunately modern life necessarily invites. Fortunately, on this planet, there are still remedies such as Pai, a place where oneself is able to live still on hold, without being forced, and where every moment of eternity can be freely enjoyed .

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Volar



Cada día que pasa, en cada avión al que me subo, he de reconocer que menos cómodo me siento. O dicho de otra manera, menos me gusta. La verdad que la culpa no la tienen las últimas catástrofes aéreas sino la cantidad de tiempo que he pasado subido en un avión, o esperando para coger uno, éste último año. No es que piense que me vaya a estrellar, ni nada por el estilo, ya que en ese trágico caso, por suerte o por desgracia, depende como se mire, sería bastante difícil vivir para contarlo. Simplemente se trata de un cúmulo de circunstancias que me hacen aborrecer el hecho de volar, a pesar de ser consciente que no dejaré de hacerlo hasta que pase a mejor vida, dada la alergia que tengo a quedarme quieto en un mismo lugar durante mucho tiempo.

De hecho el fin de semana pasado me subí hasta el norte del país, embarcándome en una avioneta rumbo a un pueblo llamado Pai, después de haber volado previamente desde Bangkok hasta Chiang Mai la noche anterior. Como de vez en cuando encuentro sano el contradecirme, me senté justo detrás de los pilotos y junto al ingeniero de vuelo, para observar su rutina laboral. Mientras los pilotos revisaban sus paneles de control preparados para el despegue, el ingeniero cumplimentaba el parte completando las casillas correspondientes con sucesivos OKs sin detenerse excesivamente en leer los apartados, como si estuviese rellenando con enorme aburrimiento una encuesta sin importancia. Ante tal demostración de solvencia, y viendo que todo le parecía bien, mientras el piloto veterano aleccionaba al novel como si de una práctica cobayas se tratase, aprovechando que la avioneta se empezaba a menear a unos cuantos miles de metros de altura en el interior de una gran nube blanca, decidí que lo más conveniente era agarrar el periódico y ponerlo delante de las narices a modo de pantalla para no ver nada. Ni falta que hacía.


(Fly)

Each day that passes, each plane that I raise, I must admit that I feel less comfortable. Put another way, the less I like it. The truth that the blame is not linked with the recent air disasters, but the amount of time I spent up in an plane, or waiting to catch one, this latter year. Not that I think I will crash or anything like that, as in this tragic case, fortunately or not, depending as you look, it would be quite difficult to survive to tell the tale. It´s simply an sum of circumstances that make me hate the fact of flying, despite being aware that I do not stop until I pass away, given the allergy of not being able to stay still in one place for long.

In fact last weekend I flew to the north on a small airplane headed to a village called Pai, having previously flown from Bangkok to Chiang Mai on the night before. As occasionally I encounter the contradiction healthy, I sat right behind the pilots and next to the flight engineer, to observe their work routine. While the pilots were reviewing their control panels ready for takeoff, the engineer filled in the compulsory form by completing the appropriate boxes with successive OKS without dwelling too much on reading paragraphs, as if filling out an unimportant survey with tremendous boredom. Given such a demonstration of solvency, and seeing that everything seemed fine, while the pilot is a veteran coach of the novel as if it were a practice with guinea pigs, the plane was beginning to wag a few thousand meters of altitude in the interior of a large white cloud, I decided it was more convenient to grab the newspaper and put it in front of the nose as a screen to not see anything. Neither did lack that.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Klong




Aún recuerdo la primera vez que utilicé este medio de transporte a los pocos días de estar en Bangkok. Era una tarde de domingo, soleada pero con brumas en mi cabeza después de una noche de alterne por la ciudad. Alguien me había comentado que junto a mi casa había una parada de klong, o lo que es lo mismo, una parada de una barcaza que hace las veces de autobús. Se me ocurrió probarlo pensando que quizá me vendría bien un poco de brisa (iluso de mí) para despejar mis nubladas ideas domingueras. El caso es que una vez en el embarcadero, una plataforma semiflotante, me di cuenta que quizá más que despejar lo que iba a conseguir era una intoxicación aún mayor. Y es que el canal apesta, y sus aguas son las antónimas de las cristalinas aguas que muestran los catálogos turísticos sobre Tailandia. Ni más ni menos.

Aquella tarde, nada más saltar a bordo, me dejé llevar, como de costumbre, como es necesario en todo recién llegado a un lugar nuevo. No tenía muy claro a donde me dirigía, pero sabía que para bien o para mal algo descubriría por el camino. Y así fue. Meses después he de decir que siendo quizá el medio de transporte más desagradable, incómdo y guarro, el klong es la mejor receta para surcar los atascos de la ciudad, humo negro en popa. Como digo no suele haber atascos, salvo en las plataformas sobre todo en hora punta, donde la gente espera la llegada de la barcaza para demostrar la pericia en el embarque. No importa la edad, sexo o condición, aquí los tailandeses demuestran su agilidad felina de sus parientes los gatos. Es curioso ver a las chicas recién salidas de la oficina, vestidas de manera muy coqueta, como son capaces de manejarse subidas en sus tacones sin acabar a remojo. Supongo que será por aquello de que a los gatos no les gusta mojarse, y menos con agua de cloaca.



I still remember the first time I used this transport within a few days in Bangkok. It was a Sunday afternoon, sunny but misty inside my head after a long night around the city. Someone had commented to me that next to my apartment had a klong stop, or whatever it is, a stop of a barge which acts as a bus. It occurred to me to try it thinking that maybe I could use a bit of breeze (unrealistic for me) to clear my Sunday´s cloudy ideas. The fact is that once at the pier, a floating platform, I realized that perhaps more than clear my mind what I was going to get was an even greater poisoning. The channel stinks, and its waters are the antonym of the crystal waters that show the tourist brochures on Thailand. Neither more nor less.

That evening, just after jumped on board, I let me go, as usual, as is required in any newcomer to a new place. I did not have very clear to where I was heading, but I knew that at the end of the day, I would have discovered something along the way. And so it was. Months later I have to say that the environment remains perhaps the most unpleasant, unconfortable and nasty, but anyway the klong is the best recipe for ride the bottlenecks in the city, black smoke into the stern. As I say there are generally no traffic jams, except on platforms especially in rush hour, where people expect the arrival of the barge to demonstrate expertise in the shipment. No matter the age, sex or status, we Thais have shown their feline agility of their relatives cats. It is curious to see the girls just out of the office, dressed in a very charming way, as they are able to handle up in their high-heels to finish without soaking. I suppose it will be by the thing that the cats do not like getting wet, and even less with this sewerage water.

jueves, 9 de octubre de 2008

Publicidad



Me gusta la publicidad. Me entretiene. Y de paso también he de decir que me enriquece. No así muchos de sus medios, los cuales aborrezco cada día más, principalmente por el clima de saturación al que permanecemos expuestos en nuestra vida cotidiana. A su favor he de decir que bien utilizada puede llegar a ser incluso una herramienta plenamente educativa. Uno de los factores que más valoro es su carácter sociológico, su muestreo de usos y costumbres.

Es cierto que los mensajes publicitarios suelen sustentarse en estereotipos a los que nadie quiere sumarse, pero de los que en el fondo, todo hay que decirlo, es difícil restarse. Saber mantenerse a flote entre este tipo de tópicos, extrayendo su parte de verdad, ayuda a comprender la realidad de cada sitio y a multiplicar la perspectiva, aunque a veces sintamos que el agua nos llega al cuello.

En Asia, donde es fácil tropezar diariamente una y otra vez con este tipo de recursos, la publicidad, entre otras cosas, ayuda a descubrir nuevos y de paso comprobar cuáles de los viejos se cumplen y cuales no, cuáles son verdad y cuáles simplemente son producto de nuestra imaginación occidental.

Uno de los que más me llama la atención por este continente es el tema de la belleza, tan recurrente en nuestro planeta. Que las asiáticas resultan exóticas a ojos de un occidental no es nada nuevo. Lo nuevo es concebir que el canon de belleza oriental prefiere el blanco, mientras que el occidental sigue decantándose por el moreno. Para la mayoría de asiáticas la palidez de la piel, especialmente la de la cara, es un factor decisivo en su imagen. Para protegerla no se fían sólo de las cremas sino que también evitan exponerse al sol más de lo necesario. Algo así deberíamos de hacer nosotros los estereotipados consumidores ante la publicidad o casi mejor, la publicidad ante nosotros.


(Advertising)

I enjoy advertising. It entertains me. And incidentally I also must say that I´m enriched with it. Not so many of its ways, which each day I hate more, mainly by the climate of saturation that we are exposed to in our daily basis. I have to say that can be used even as a full educational tool. One of the factors I appreciate the most is its sociological sampling of the habits and customs.

It´s true that advertising often is based on stereotypes that no one wants to join, but those at the bottom, it must be said, it´s difficult to be subtracted from. Knowing how to stay afloat among these topics, drawing its share of truth, helps to understand the reality of each site and multiply the prospect, although sometimes we feel that water reaches our neck.

In Asia, where it is easy to stumble again and again every day with this kind of resources, advertising, among other things, helps to discover new steps and check which were fulfilled and which not, what´s true about them and what´s simply product of our Western imagination.

One of the most striking for me about this continent is the beauty´s theme, so recurrent in our planet. That Asian seem to be exotic to the eyes of a Westerner is nothing new. What´s new is to conceive that the Eastern canon of beauty prefers white, while the Western remain as brown is preferred. For most Asian pallor of the skin, especially of the face, is a decisive factor in their image. To protect they not only rely on the creams but also avoid higher exposure to the sun than necessary. In some way like this we, the stereotypical consumers, should behave in front of advertising or even better, advertising in front of us.

martes, 23 de septiembre de 2008

Bumrungrad




El Bumrungrad, a simple vista, no es un hospital cualquiera. En el mismo hall, uno ya es consciente de que se adentra en un lugar exclusivo. Su exquisita decoración es más propia de un hotel de lujo que de un centro médico. Entre sus instalaciones se incluyen boutiques de moda, restaurantes, cafés con acceso a internet e incluso, para aquellos que de verdad saben como combatir el tráfico de Bangkok, un helipuerto. La deprimente imagen que generalmente se tiene de los hospitales, por tanto, contrasta con la risueña amabilidad en el trato del equipo médico del Bumrungrad, quienes, todo hay que decirlo, reciben primas por tender hacia la excelencia.

Cuando pienso en el Bumrungrad se me viene a la cabeza el más famoso de todos los centros comerciales del mundo, Harrods, y no sólo por sus escaleras mecánicas y la exclusividad de algunos de sus servicios, entre los que se incluye el único experto en el tratamiento de lesiones relacionadas con la práctica del golf que existe en el mundo, sino por su decidida apuesta multicultural. Cada año recibe alrededor de medio millón de pacientes procedentes de 190 países diferentes que vienen de turismo médico a Tailandia. A estos pacientes se les atiende hasta en 10 idiomas distintos y se les ofrece amplios menús para cubrir la demanda variada de sus huéspedes, ya sea un curry con arroz, algo de sushi o tempura, un pato a la orange o un simple filete con patatas.

Ayer estuve de visita turística por el Bumrungrad. Desde hacía un par de días me dolía un oído así que decidí visitar al otorrinolaringólogo y éste me diagnosticó, tras inspeccionar exhaustivamente mi oído, una otitis. Resulta que una de las posibles causas de dicha infección se debía, en su opinión, además de a los chapuzones diarios que me pego en la piscina, al uso reiterado de los bastoncillos de algodón, así que me recomendó ser un poco menos higiénico. Cuando recibí los medicamentos que me habían recetado, sobra decir que el propio hospital dispensa dichos productos en su farmacia sobre la marcha, por curiosidad, le eché un vistazo a la factura por los servicios prestados: 9000 bahts, o al cambio, 180 euros. Todo en esta vida tiene un precio, que ésta vez por suerte no pagaré yo, sino mi seguro. Todo menos mi oreja o mi oído, depende cómo y por quién se mire.



(Bumrungrad)

The Bumrungrad, at first sight, is not a common hospital. In the same hall, one is already aware that this would lead to a rather exclusive experience. Its exquisite decoration is more typical of a luxury hotel than a medical center. Its facilities include fashion boutiques, restaurants, cafes with Internet access and even, for those who really know how to combat trafficking in Bangkok, a helipad. The bleak picture that has generally been in hospitals, therefore, contrasts here with the smiling kindness in the treatment of Bumrungrad's medical team, who, it must be said, they receive bonuses for moving towards excellence.

When I think about the Bumrungrad it comes to mind the most famous of all the department stores in the world, Harrods, and not only because of its escalators and the exclusivity of some of its services, including the only expert in the treatment of injuries related to the practice of golf that exists in the world, but for its resolute multicultural. Each year the hospital receives about half a million patients from 190 different countries who come to Thailand for medical tourism. These patients are served up in 10 different languages and offers extensive menus to meet the varied demands of its guests, such as a curry with rice, some sushi or tempura, a duck "a la orange" or a simple steak with french fries.

Yesterday I was on tour by the Bumrungrad. Since a couple of days my ear was hurting so I decided to visit the othorhinolaryngologist and he diagnosed me, after thoroughly inspecting my ear, an ear infection. It turns out that one possible cause of the infection was, in his view, in addition to my daily dips in the pool, the repeated use of cotton buds, so I was recommended to be a little less hygienic. When I received the medicines I had prescribed, needless to say the hospital dispenses such products in its own pharmacy by the way, out of curiosity, I took a look at the bill for services rendered: 9000 baht, or, 180 euros. Everything in this life has a price, this time fortunately for me I hadn´t to pay, but my insurance. Everything but my ear, it just depends on how or who is it checked out by.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Kathoey





Un kathoey (o ladyboy) se considera a sí mismo una mujer en un cuerpo equivocado, o lo que es lo mismo, atrapada en un cuerpo de hombre. En Tailandia, muchos jóvenes adoptan este rol femenino, el cual, en la gran mayoría de casos empieza desde muy temprana edad, por lo cual los varones en pleno proceso de cambio deciden tomar desde adolescentes hormonas femeninas para agudizar la voz, estilizar las curvas y resaltar facciones más delicadas. En Tailandia estas hormonas se pueden conseguir sin prescripción médica en cualquier farmacia, eso sí, no existe reconocimiento legal para los kathoey, ni tan siquiera después de la cirugía, no se les permite cambiar su sexo legal (de masculino a femenino).

Dentro de la sociedad, los kathoey se pueden encontrar bien integrados en varios diferentes sectores desempeñando diferentes oficios: artistas de cabaret, camareros, dependientes, agentes de viaje, estilistas, maquilladores, o bien en centros turísticos, ya sean templos o prostíbulos, ya que la cultura budista da un alto valor a la tolerancia. Usando la noción del karma, los tailandeses creen que los kathoey tuvieron una vida pasada de trasgresión, por lo cual no se les debe culpar, más bien se les debe tener piedad. Tanto es así que, por poner un ejemplo, en algunos colegios del país se han ido creando el tercer baño o mixto, ante la necesidad de proteger la conflictiva intimidad de los kathoey.

Otro ejemplo ilustrativo es la historia del kathoey más famoso de Tailandia, Nong Tum, campeón de Muay Thai. Éste se vestía como mujer y tomaba hormonas cuando era aún boxeador y tenía por costumbre subirse al cuadrilátero luciendo una larga melena y bastante maquillaje, además de besar a su contendiente derrotado antes de abandonar el ring. Para los más cinéfilos, su vida fue retratada en una película del 2003 “Beautiful Boxer”.



(Kathoey)

A kathoey (or a ladyboy) considers itself a woman in a wrong body, or whatever it is, trapped in a body of men. In Thailand, many young men take this position, which in most cases starts from a very early age, so many men choose to take from teenagehood female hormones to sharpen the voice, stylish curves and to stress factions. In Thailand these hormones are available without a prescription at any pharmacy, although, there is no legal recognition for kathoey, not even after surgery, so they are not allowed to change their legal sex (male to female).

Within society, kathoey can be found well integrated into several different sectors playing different roles: cabaret artists, waiters, shop staff, travel agents, stylists, make-up artists, or at tourist centers, both temples or brothels, as Buddhist culture gives a high value on tolerance. Using the concept of karma, Thais believe that kathoey had a past life of transgression, so they are not to blame, rather they should have mercy. So much so that, for example, in some schools in the country have formed the third bathroom or mixed, given the need to protect the troubled privacy of kathoey.

The most illustrative example is the most famous Thai kathoey, Nong Tum, a former champion of Muay Thai. He dressed as a woman and took hormones when he was a boxer and was still in the habit of climbing into the ring wearing long hair and pretty much make up, in addition to his tactful attitude of kiss hir defeated opponent before leaving the ring. For most filmgoers, his life was portrayed in a 2003 film "Beautiful Boxer".

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Chef




El personaje de la foto no es otro que Samak Sundaravej, el primer ministro tailandés, (y supongo que el primero del mundo entero hasta el día de hoy) inhabilitado de su cargo político por compaginar su verborrea porcina con su afición por los fogones, después de participar en un programa de TV de cocina, "Probando y Protestando", mientras ejercía como jefe del Ejecutivo.

Lo gracioso del tema es que la sede gubernamental aquí en Bangkok lleva invadida literalmente cerca de 2 semanas por manifestantes antigubernamentales que desde hace más de 4 meses han tomado las calles pintándolas de amarillo pidiendo su dimisión, a ritmo de rock y sólo en defensa propia, a palos (de golf). Y por mucho que protestan, no consiguen doblegar la tozudez de este polifacético personaje.

Éste viernes, según los previsto, puede volver a ser reelegido como primer ministro . Lo cual demuestra una vez más que éste país, a nivel político, no hay quien lo digiera. Para entender este berenjenal, visto lo visto, es más que necesario que te den de comer aparte. Con o sin Samak a los fogones.


(Chef)

The man of the picture is no other than Samak Sundaravej, the Thai Prime Minister, (and I suppose that the first around the world to this day) disqualified from office by reconciling his political swine verbiage with his liking for cookers, after participate on a TV cooking program, "Tasting and grumbling", while practising as chief executive.

The funny thing is that the government headquarters here in Bangkok have been invaded literally since 2 weeks ago by anti-government demonstrators that for more than 4 months now have been colouring in yellow the streets demanding his resignation, to the rhythm of rock and only in self defense, using (golf) sticks. And however much they protest, they seem unable to break the stubbornness of this multifaceted character.

This Friday, as scheduled, he may be again re-elected as prime minister. This shows once again that this country, at the political level, it´s hard to understand. To digest this jam, apparently, it seems that you will need to eat separately. With or without Samak to the cookers.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Naturaleza




Laos es un lugar salvaje por definición. O al menos esa sensación es la que uno siente al sumergirse en su agreste territorio a través de uno de sus vías principales de comunicación: el río Mekong. Casi la mitad de la superficie del país son frondosos bosques, a pesar de estar, según los expertos, en pleno proceso de deforestación. Naturaleza todavía viva, aunque la mano del hombre, una vez más, se empeñe en destruirla.

(Nature)

By definition, Lao is a wild place. Or at least that´s the feeling that I had while I was getting immersed in their rugged territory through one of its main highway: the Mekong River. Nearly half of the country are lush forests, despite being suffering, according to experts, a deforestation process. Nature still alive, although the hand of man, once again, strive to destroy it all.

Velocidad




Mientras en España hoy en día se vive la fiebre del automovilismo, en especial la de la Fórmula 1, estrenándose nuevos circuitos tanto para bólidos grandes como para otros más pequeños, en Laos dudo mucho que alguien conozca a Fernando Alonso y aprecie sus veloces dotes. Ni siquiera los únicos amantes de la velocidad que me encontré durante mi visita al país, entre los que se encontraba el piloto de la foto, el más lento (por problemas de aerodinámica y de adherencia) de los tres que participaban en la prueba, sería capaz de reconocer a quién es el piloto más joven en haber batido todos los records de la categoría reina del motor. Los motivos son obvios, y no necesariamente económicos, ya que en Laos a la gente le importa un bledo la velocidad y sólo entienden la vida a ritmo lento, sin prisas, con tiempo para disfrutar de lo más valioso que posee el ser humano, que no es otra cosa que su propia existencia.


(Speed)

While in Spain today is suffering the auto racing fever, especially in Formula 1, spreading new circuits for both large sports car as for other smaller, in Lao I doubt very much that someone who meet Fernando Alonso would recognize him nor appreciate his fast skills. Not even the only speed lovers I met during my visit to the country, among those was the pilot of the photo, the slowest (due to problems with aerodynamics and bond) from the three participating in the test, would be able to recognize who is the youngest driver to have beaten all records of the most important motorsport competition. The reasons are obvious, and not necessarily economic, since the people in Laos do not care at all about speed and only understand life at a slow pace, without haste, with time to enjoy the most valuable thing that hold the human being, that´s nothing else than its own existence.

Laos




Por este orden (inverso), enumero a modo de introducción, los países que ocupan el Top 10 del Índice de Percepción de Transparencia Internacional (www.transparency.org): Somalia. Myanmar. Iraq. Haiti. Uzbekistan. Tonga. Sudan. Chad. Afghanistan. Laos. Empatado con Guinea, Guinea Ecuatorial y la República Democrática del Congo se encuentra Laos, en 10º lugar (o 168º lugar, depende como se mire). Un país del que poco o nada se sabe, o si se sabe, nada se dice, salvo que limita con Myanmar al noroeste, con China al norte, con Vietnam al este, con Camboya al sur y con Tailandia al oeste. Asimismo Laos ha sido uno de los países más bombardeados durante el siglo pasado, en la actualidad está calificado como uno de los países con peor economía y libertad del mundo, y donde, por poner un último ejemplo concreto, el 80% de la población se dedica a la agricultura de subsistencia.

Dichas todas estas bondades, quizá a primera vista uno no entienda los motivos que llevan a alguien a visitar Laos, salvo si uno decide huir de la justicia para convertirse en un asceta. En mi opinión, no son sus templos, ni su belleza natural, ni su gastronomía ni tampoco su clima. Una visita a Laos merece la pena simplemente para comprobar in situ la calurosa y delicada bienvenida con la que el forastero es recibido por sus gentes (no así por los funcionarios de inmigración), la fresca amabilidad de estos, su simpatía, su capacidad para sobreponerse ante tanta adversidad, y por encima de todo, su envidiable ritmo de vida propulsado por la omnipresente BeerLao. Es difícil de creer que la gente sea feliz en Laos, pero a pesar de las circunstancias, ciertamente lo parece. En definitiva, un país del que si algo he de decir, necesariamente será para bien.


(Lao)


For this (reverse) order listed as a way of introduction, these are the countries that occupy the Top 10 of the International Transparency Perceptions Index (www.transparency.org): Somalia. Myanmar. Iraq. Haiti. Uzbekistan. Tonga. Sudan. Chad. Afghanistan. Laos. Tied with Guinea, Equatorial Guinea and the Democratic Republic of the Congo is Laos, in 10th position (or 168th postion, depending how you look at it). A country of which little or nothing is known, or if known, nothing is said, except that shares borders with Myanmar to the northwest, China to the north, Vietnam to the east, Cambodia to the south and Thailand to the south west. Moreover, Lao has been one of the most bombed countries during the last century, nowadays is qualified as one of the worst economies and the least free countries in the world, and where, to give one last brief example, 80% of the population is engaged in agriculture subsistence.

After saying all these virtues, perhaps at first glance you do not understand the reasons that lead someone to visit Lao, except if oneself decides to flee from justice to become an ascetic. In my opinion, are not their temples, nor its natural beauty, or its gastronomy nor its climate. A visit to Laos worth simply to check on the spot and delicate warm welcome with which the stranger is greeted by its people (and not by immigration officials), fresh friendliness of the locals, their sympathy, its ability to overcome so much adversity, and above all, its enviable lifestyle propelled by the omnipresent BeerLao. It's hard to believe that people are happy in Laos, but despite the circumstances, it certainly appears. Ultimately, a country that if something I have to say, is necessarily for the better.

lunes, 25 de agosto de 2008

Pachinko




El pachinko es una máquina recreativa que combina un moderno sistema de video con el clásico pinball. Se dice que fue inventado durante la Segunda Guerra Mundial en la ciudad japonesa de Nagoya. Estos Pachinko están distribuidos por Japón en unas «pachinko-parlors» y son un sistema de juegos de casino totalmente legales.

El Pachinko consiste en que el jugador debe comprar una gran cantidad de bolitas de acero y luego insertarlas en la máquina. En el centro de la máquina hay una especie de regulador que, al tirar las bolitas, gira haciendo que éstas salgan lanzadas hacia abajo, donde la mayoría cae al fondo de la máquina sin proporcionar premio, y muy pocas realmente caen en unas especies de pequeñas puertas que bonifican ganando más bolas.

El jugador después de haber ganado cierta cantidad de bolitas, debe ir a una máquina especial que contará las bolitas y luego emitirá un ticket con el que se podrá canjear el premio que se desee. Estos premios son muy variados y van desde encendedores, electrodomésticos, juguetes, cigarrillos hasta dinero.

Éste último se canjea de una forma diferente. El jugador debe dirigirse a la caja donde se canjean los premios y decir que se quiere cambiar por dinero. Se le da al jugador una especie de pequeñas piezas de dominó, que luego deberán ser llevadas a una suerte de cabina oculta fuera de la tienda de juegos en un pasillo por lo general muy estrecho, donde finalmente se le entregará el dinero.

Las salas de Pachinko se conocen por su sobredecoración, su excesivo olor a tabaco y el ruido emitido por las máquinas, que encantan en su mayoría a jóvenes jugadores durante horas y horas.

Después de contemplar sin entenderlo como a las 9.30 de la mañana puede haber largas colas para entrar en estas salas, después de adentrarme en varias salas de juego, de soportar el infernal ruido de las mismas (en la foto un jugador "profesional" se protege con unos tapones, pero llegué a contemplar casos más llamativos como el de un señor que utlizaba un par de bolas como protección con las mismas con las que se juega al pachinko u otro que utilizaba un par de yenes), está más que claro que el grado de enajenación mental que produce este juego es comprensiblemente alarmante.


(Pachinko)

The pachinko game is a recreational machine that combines a modern video system with the classic pinball. It said that was invented during World War II in the Japanese city of Nagoya. These are spread all over Japan in a "pachinko parlors" and are a system of casino games perfectly legal.

The pachinko player must buy a large quantity of steel balls and then insert them into the machine. At the heart of the machine there is a sort of regulator that by throwing the balls, making them tour departing thrown down, where the majority fall to the bottom of the machine without providing prize, and very few actually fall in some species of small doors subsidised winning more balls.

The player after winning a certain amount of balls must go to a special machine that counted the balls and then issue a ticket with which they can redeem the prize you want. These awards are very varied, ranging from lighters, electrical appliances, toys, cigarettes up to money.

The latter is exchanged in a different way. The player must go to the box where they redeem awards and say you want to change money. It gives the player a kind of small pieces of domino, which then must be brought into a sort of cabin hidden away from games in a store aisle usually very close, where he was finally handed over the money.

The pachinko halls are known for their overloaded decor, its smell of snuff and excessive noise emitted by the machines, that love mostly young players for hours.

After contemplate without understanding how at 9.30 am there may be long queues to enter these rooms, after getting inside in several game rooms, to withstand the infernal noise of the same (pictured it´s shown a "professional" player who protects himself with ear plugs, but I got to look at cases more striking such as a man who had a couple of balls in his ears as protection or another that used a pair of yen coins), is more than clear that the degree of insanity that produces this game is understandably alarming.

Shinkansen



El Shinkansen es la red ferroviaria de alta velocidad de Japón, operada por la compañía Japan Railways. Desde que en 1964 se abrió la línea Tōkaidō Shinkansen, la red se ha ido expandiendo para conectar la mayor parte de las ciudades de las islas de Honshū y Kyūshū, con velocidades de hasta 300 km/h.

Una de las cosas que más me sorprendió de la red ferroviaria en Japón, además de la velocidad de sus trenes bala, fue el grado de puntualidad del servicio. Recuerdo la conversación que mantuve con un holandés en un albergue en Kyoto, donde me comentaba las virtudes del sistema de trenes con respecto a su país.

En Holanda, en mi opinión (en la suya no tanto), la red ferroviaria funciona fabulosamente, no como en España (en esto estábamos completamente de acuerdo los dos), donde a excepción de la "moderna red de alta velocidad" (lo pongo entre comillas después de haber subido a los shinkansen), el resto de trenes dejan bastante que desear, por no hablar de mi querido y añorado FEVE, ese que viaja al trote cargado de recuerdos cantábricos. Hay que rendirse a la evidencia de que un país como Japón donde llegar un minuto tarde se considera retraso es un caso único, y por lo tanto, incomparable e insuperable.

(Shinkansen)

The Shinkansen is the high-speed rail network in Japan, the service is operated by Japan Railways. Since in 1964 opened Tōkaidō Shinkansen line, the network has been expanding to connect most cities in the islands of Honshuu and Kyūshū, with speeds up to 300 km/h.

One of the things that surprised me most of the rail network in Japan, besides the speed of their bullet trains, was the degree of punctuality of the service. I remember the conversation I had with a Dutchman in a guesthouse in Kyoto, where I discussed the virtues of the rail system regarding his country.

In Holland, in my opinion (rather than his), the rail network works fabulously, not like in Spain (on this we both agreeded completely), where apart from the "modern high-speed network" (what I quoted between marks after I got aboard on the Shinkansen), all other trains leave much to be desired, not to mention my beloved and missed FEVE, who travels to the trotting carrying Cantabric memories. We must surrender to the evidence that a country like Japan where arriving one minute late is considered delayed is a unique case, and hence, unparalleled and unsurpassed.

domingo, 24 de agosto de 2008

3128



Nada más llegar a Tokyo a toda velocidad subido en uno de los famosos trenes bala o "shinkansen", me fui en busca del que sería mi alojamiento esa misma noche. Después de más de un percance, entre los que se incluyen la quiebra de un hotel, una estación de metro/tren en hora punta, Shinjuku, por la que pasan diariamente unos 3 millones de personas y que tiene, sin exagerar, varias decenas de salidas, y una mayúscula tormenta, conseguí encontrar el hotel que andaba buscando. Prueba superada pensé yo en ese momento.

El caso es que lo mejor estaba por llegar, o al menos eso pienso yo en estos momentos. Tomé el ascensor hasta la planta 4ª donde se encontraba la recepción. Enfrente del mostrador hacían cola alrededor de una decena de ejecutivos recien salidos de la oficina, quienes iban siendo despachados con celeridad por los empleados del hotel. Llegó mi turno, y una amable japonesa me explicó de manera muy técnica (a través de un par de folios escritos en inglés) las condiciones, tarifas e instalaciones del hotel. Tras pagar por adelantado la tarifa me preguntó oralmente si tenía alguna duda, y yo en ese momento me rendí a la evidencia, me encongí de hombros y le respondí que "demasiadas". Antes de terminar la conversación me obligó a ponerme una pulsera (a modo de salvavidas) con el número 3128. A partir de ese momento ese era yo, el señor 3128. A continuación abandoné la mochila en sus manos y tomé la escalera que me llevaba a la planta 6ª, supuestamente la de los baños, con una mano delante y otra detrás, a pesar de intentar explicarle previamente que me hacía falta coger algunas cosas de aseo. Estaba claro que ella sabía lo que hacía al llevarse la mochila y yo no.

Después de compartir baño, sauna y la final de softball disputada entre Japón y EE.UU por televisión con unos cuantos japoneses recién salidos de la oficina, decidí que era tiempo de localizar la que sería mi cama esa misma noche. Bajé hasta la planta 3ª y una vez allí me dejé llevar al ritmo de los tempraneros ronquidos, casi flotando, gracias a mi pulsera salvavidas y a la sensación de ingravidez del lugar. Había cientos de cápsulas y el ambiente era extraterrestre. Después de un rato buscando encontré mi número, el 3128, subí los peldaños de una escalerilla con la ligereza de un astronauta y me eché a dormir.

Esa misma noche soñé que estaba en una nave espacial rumbo a un planeta desconocido. Al despertar del viaje, antes de salir de la cápsula me miré en el espejo para comprobar si seguía teniendo cara de marciano. Afortunadamente no fue así, y pronto me di cuenta que había sido una simple pesadilla. En realidad el sueño estaba a punto de empezar esa misma mañana, el viaje planeado iba a ser a pie y el lugar por descubrir no era otro que la capital del país del sol naciente aquí en el planeta Tierra.

(3128)

Just after my arrival at Tokyo at full speed aboard in one of the famous bullet trains or "Shinkansen", I went in search of that would be my accommodation that night. After more than a mishap, including the bankruptcy of a hotel, a subway station / train at rush hour, Shinjuku, where 3 million people pass daily and has, without exaggeration, several dozen exits, and a capital storm, I found the hotel I was looking for. The first and most difficult step was overtaken, I thought at that time.

The fact is that the best was to come, or at least that's what I thought. I took the elevator to the 4th floor where was the reception. In front of the desk did tail around a dozen executives emerging from the office, who were checked-in promptly by hotel staff. It came my turn, and a nice Japanese explained to me in a very technical manner (through a couple of sheets written in English) the conditions, rates and hotel facilities. After paying the fare in advance she asked orally me if I had any doubts, then I paid to the evidence, I shrank my shoulders back and replied that "too many". Before concluding the conversation she forced me to get a bracelet (as a lifeguard) with the number 3128. From that moment that was me, Mr. 3128. After that, I left the bag in his hands and took the staircase that leads me to the 6th floor, supposedly heading to the bathrooms, with one hand in front and another behind, despite trying to explain in advance that I needed to take some things to take a bath. It was clear she knew what he was doing while she took the backpack and I do not.

After sharing bath, sauna and final softball disputed between Japan and the U.S. on television with a few Japanese emerging from the office, I decided it was time to find where it would be my bed that night. I went down to the 3rd floor and once I was there I walked keeping pace with some early snorings, almost floating through my lifesaver bracelet and a feeling of weightlessness. There were hundreds of capsules and the atmosphere was extraterrestrial. After a while searching I found my number, 3128, got the rungs of a ladder with the lightness of an astronaut and I fell asleep to sleep.

That same night I dreamt I was in a spaceship heading to an unknown planet. At the awakening of the trip, before leaving the capsule I looked in the mirror to see if I still had an face Martian face. Fortunately this did not happen, and soon I realized that was it was just a nightmare. In fact the dream was about to begin that morning, the planned trip would be on foot and place to be discovered was none other than the country's capital of the rising sun here in on the Earth.

Tokyo



Tokyo hay que verlo para creerlo. Te pueden haber hablado de la ciudad, haberla visitado simuladamente, haberla visto en fotografías, haber leído acerca de la misma, pero hasta que no estás dentro, rodeado, sumergido, o mejor, literalemente encapsulado, uno no es capaz de entender (permitirme la expresión) como es posible su existencia, su organización, sus contrastes, y si éstos son de este planeta, o del vecino.

Quizá sea gracias a los futuristas neones o a las tradicionales linternas que alumbran cada esquina de la ciudad como uno alcanza la iluminación necesaria para afrontar semejante tarea. El caso es que una vez allí uno lo ve claro, lo entiende y hasta lo disfruta, pero uno vez fuera, la cosa cambia. Es como viajar en el tiempo y también en el espacio, pero paradójicamente en un mismo sitio y al mismo tiempo. En definitva, Tokyo es Tokyo, y no hay ningún sitio que se le parezca, al menos que yo haya visto.

Tokyo

Tokyo must be seen to be believed. You may have talked about the city, have visited through simulators, have seen in photographs, have readed about it, but until you're inside, surrounded, immersed, or better, literally encapsulated, one is unable to understand (allow me the expression) how is possible its existence, its organization, its contrasts, and whether they are coming from this planet, or from a neighbour one.

Perhaps thanks to the futuristic neon-lights or the traditional lanterns that light every corner of the city as one reaches the illumination needed to tackle such a task. The fact is that once there you see a clear, and even it´s easy to understand and have fun out of it, but once you are here, things changed. It´s like travelling though the time and the space, but all in the same place and time. In short, Tokyo is Tokyo, and there´s anywhere comparable to it, at least, that I´ve seen.

martes, 5 de agosto de 2008

La bahía del dragón




Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, cuando los vietnamitas luchaban por defenderse frente a los invasores chinos, los dioses enviaron a una familia de dragones para ayudar en la defensa del territorio. Esta familia de dragones comenzaron entonces a escupir, joyas y piedras de jade, además de grandes llamaradas. Éstas joyas se convirtieron con el tiempo en unos 3.000 islotes salpicados por toda la bahía, lo cuales, en conjunto, recuerdan a una especie de fortificación natural frente a los invasores. El pueblo, con la inestimable ayuda de los dragones, consiguió defender finalmente dichas tierras, sobre las cuales se establecería el actual Vietnam.

Después de éste episodio, los dragones sintieron curiosidad por descubrir turísticamente nuestro planeta y decidieron asentarse de forma pacífica en la bahía Ha Long. El nombre de la bahía se refiere al lugar donde el dragón madre apareció en compañía sus hijos.

A día de hoy la leyenda del dragón, como toda buena leyenda, continúa. Al igual que en las lejanas tierras escocesas cercanas al Loch Ness, los pescadores de la zona dicen haber visto aparecer en alguna ocasión a alguno de los miembros de la familia dragoniana, mientras los visionarios de perfil más comercial organizan expediciones a bordo de algún lujoso velero en su búsqueda. Existe también un último grupo aficionado a la literatura, y en especial a las novelas bélicas, quiénes afirman que quizá sea, simplemente, un submarino espía del enemigo imperialista que aún merodea por la zona tras la famosa Guerra de Vietnam.



(Dragon´s bay)

Legend says that long ago when the Vietnamese were fighting Chinese invaders, the gods sent a family of dragons to help defend the land. This family of dragons began spitting out jewels and jade, as well as huge blazes. These jewels turned into 3.000 islands and islets dotting the bay, linking together to form a great wall against the invaders. The people, with the invaluable help from the dragons, kept their land safe and formed what later became the country of Vietnam.

After that, dragons were interested in peaceful sightseeing of the Earth and decided to live here in the bay then. The place where Mother Dragon flew down with her children was named Ha Long.

Nowadays, the legend, as all the good legens, continues. As it the far Scottish lands that surround the Loch Ness, the fishermen that work there say that they have caught sight of some of the members of the dragon family. Meanwhile other visionaries with truly commercial skills organize expeditions aboard some luxury sailing ships to keep the search. There´s also another group that fancy more the war novels, state that perhaps it´s simply an spy submarine from the imperialist enemy that still prowls around the area after the famous Vietnam War.

miércoles, 30 de julio de 2008

Angkor




Angkor es el nombre con el que comúnmente se conoce a la región de Camboya donde se estableció el imperio khmer que floreció entre los siglos IX-XV. Exactamente el periodo de esplendor de Angkor se extendió desde que en el año 802 el rey hindú Jayavarman II se autodenominó "rey universal", hasta que los invasores tailandeses saquearon la capital del imperio alrededor del 1413, obligando a la población a emigrar hacia la región donde se encuentra la actual capital camboyana, Phnom Penh.

Las ruinas de Angkor se localizan en medio de la jungla, al norte del Gran Lago (Tonle Sap) y al sur de las colinas de Kulen, cerca de la ciudad de Siem Reap, cuyo nombre se traduce literalmente como "siameses derrotados" en referencia a siglos de disputas territoriales y combates sangrientos entre Camboya y Tailandia. De hecho, en la actualidad ambos países mantienen las disputas fronterizas, en esta ocasión en la región de Preah Vihear, donde miles de soldados vigilan atentamente la misma frontera para que no se mueva.

Ni que decir tiene que los templos de Angkor han sido catalogados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En la salvaje zona se localizan alrededor de un millar de templos, desde simples montones de escombros de piedra esparcidos por la zona hasta el inmenso Angkor Wat, un templo del que se dice es el monumento religioso más grande del mundo y ante el que el mismísimo Vaticano se queda pequeño. Ver para creer.

(Angkor)

Angkor is a name conventionally applied to the region of Cambodia serving as the seat of the Khmer empire that flourished from approximately the 9th century to the 15th century A.D. More precisely, the Angkorian period may be defined as the period from 802 A.D., when the Khmer Hindu monarch Jayavarman II declared himself the "universal monarch", until 1431 A.D., when Thai invaders sacked the Khmer capital, causing its population to migrate south to region where is located the present capital city, Phnom Penh.

The ruins of Angkor are located amid the jungle to the north of the Great Lake (Tonle Sap) and south of the Kulen Hills, near modern day Siem Reap, that means literally `siamese defeated' and refers to a centuries-old territory fights and bloodbath. Nowadays the border hostilities remain, this time in the Preah Vihear region, with thousands of soldierts patrolling carefully both sides of the same border, just in case it moves.

Obviously, the temples are a UNESCO World Heritage Site. The temples of the savage area number over one thousand, ranging in scale from nondescript piles of brick rubble scattered through the area to the magnificent Angkor Wat, said to be the world's largest single religious monument, and that makes the Vatican seem to be tiny. Seeing is believing.

jueves, 24 de julio de 2008

Thairobic




El aerobic es un tipo de entrenamiento físico que se realiza al son de la música. Además de aumentar la energía, se entrena la fuerza, la flexibilidad, la coordinación, y también el oído, y por extensión, la cultura musical más popular. Las canciones utilizadas en cada sesión marcan la intensidad en cada momento de la clase. Normalmente se utiliza música animada, con ritmo, para hacer más fácil seguir el paso veloz del experto profesor. Lo sorprendente aquí en Tailandia es comprobar el eclecticismo de la selección musical, donde tradicionales canciones thais se mezclan con los hits del verano pasado, ya que las de éste no llegarán hasta el siguiente.

El aerobic aquí en Tailandia se practica diariamente a partir de las 5 de la tarde hasta la caída del sol. El personal sólo se detiene a las 6 en punto, cuando la frenética música que da ritmo al entrenamiento da paso a la segunda escucha diaria del himno nacional, y todo el mundo, sin excepción, muestra un real respeto por la figura omnipresente y todopoderosa del Rey de Tailandia.

Ni que decir tiene que los parques son verdaderos gimnasios al aire libre, siendo éste deporte muy popular especialmente entre las thais, aunque cierto es que también se ven despitados intentando romper tópicos, no por el hecho de ejercitarse entre mujeres, sino por tratar de seguir el paso debidamente. El ritmo de las sesiones de aerobic normalmente varía en función de la edad del público que lo practica, aunque en este caso, como el público es de lo más heterogéneo, lo que varía en realidad es el ritmo de cada uno, y sobre todo, la coordinación.


(Thairobic)

The aerobic is a type of physical training that is done to music. In addition to increasing energy, are trained force, flexibility, coordination, and also the ear, and by extension, the most popular musical culture. The songs used in each session marked the intensity in every moment of the class. Normally it´s used lively music, with rhythm, to make it easier to follow the swift passage of the expert teacher. What is surprising here in Thailand is to check the eclecticism of the music selection, where traditional Thai songs are mixed with the hits of last summer, because the latter will not arrive until the next.

The aerobic is practiced here in Thailand daily from 5 pm sunset up. The crowd only stops at 6 o'clock, when the frantic pace at which music training gives way to the second day listening to the national anthem, and everyone, without exception, shows a real respect for the all-powerful and omnipresent figure of King of Thailand.

It goes without saying that city parks are true outdoor gyms, being a very popular sport especially among Thai girls, although it´s true that some absentminded men also are trying to break topics, not just for the sake of exercise among women, but by trying to follow the step properly. The pace of the aerobic sessions usually varies depending on the age of the public that attend the exercise, although in this case, as the public is very heterogeneous, which varies in reality is the pace of each, and above all, coordination.

jueves, 17 de julio de 2008

Moto-taxis



El tema de los atascos es un tema bastante recurrente aquí en Bangkok. De ahí que una vez más los vuelva a citar. Ésta vez, trataré de explicar cómo yo juego a evitarlos diariamente. Sobra decir que no es tarea fácil, ya que al menor despiste, te encuentras sumergido saboreando dicha mermelada, pero tampoco es imposible.

Afortunadamente son múltiples los medios de transporte que uno tiene a su disposición para combatir dichas retenciones. A pie, en taxi, tuk-tuk, en metro, en skytrain, en bus, en barcaza, y sobre todo en moto. El secreto del éxito no es otro que combinarlos según las condiciones de la vía, y en época de lluvias, también del tiempo.

En mayor o menor medida, todos los medios de transporte anteriormente enumerados tienen ventajas e inconvenientes, dependiendo de su comodidad, rapidez y precio. Y también del factor riesgo. Como no podía ser de otra manera, éste último factor (sobre ruedas) es directamente proporcional a la velocidad a la que se circule por la vía. De todos ellos, he escogido la moto-taxi, por ser el más versátil, y también el más peligroso. El caso es que subido a una moto-taxi, a la variable de los km/h, aquí en Bangkok se añade la pericia del piloto para esquivar todo tipo de vehículos (y de paso salir victorioso del juego del atasco).

Enfundados en su distintivos chalecos naranjas, y condicionados habitualmente por el número de cervezas que hayan ingerido en sus ratos libres, es alucinate experimentar la forma que tienen de pilotar los moto-taxistas . Y cuando digo esquivar me refiero a avanzar entre todo tipo de vehículos "limando" (por no decir rozando) con las rodillas el resto de vehículos que avanzan lentamente al ritmo del atasco. Un claro ejemplo que sirve para ilustrar la arriesgada realidad de la que os hablo, es fijarse en los retrovisores de la moto en la que viajo desde la que está tomada la imagen. Combatir los atascos, un juego divertido, como todos, y arriesgado, como pocos.


(Motorcycle-taxis)

The issue of traffic congestion is a pretty recurring theme here in Bangkok. Hence once again the quote again. This time, I´ll try to explain as daily game how to avoid them. Needless to say, is not an easy task, coz the minor dismissal, you find yourself immersed savoring this jam, but neither is an impossible task.

Fortunately there are many different ways of transport that one has at its disposal to combat these congestions. On foot, by taxi, tuk-tuk, underground, skytrain, bus, barge, and especially by motorcycle-taxi. The secret to success is to combine them depending the conditions of the track, and in the rainy season, also depending on the weather time.

To a greater or lesser extent, all ways of transport listed above have advantages and disadvantages, depending on comfort, speed and price. And also there´s the risk factor. As it could not be otherwise, the latter factor (on wheels) is directly proportional to the speed at which is travelled through. From all of them, I have chosen the motorcycle taxi, because it is the most versatile, and also the most dangerous. The fact is that uploaded to a motorcycle-taxi to the variable of kph, here in Bangkok is added to the skill of the pilot to dodge all sorts of vehicles (and emerge victorious crossing of the game of the jam).

Sheathed in their distinctive orange vests, and usually conditioned by the number of beers that have ingested in his spare time, alucinate experience is to check how motorcycle-taxi drivers drive through . And when I say dodge I mean move between vehicles filing (if not touching) with the knees amongst the rest of vehicles moving slowly to the rhythm of the jam. A clear example that illustrates the risky reality of which I´m showing is set at the rears of the motorcycle in which I travel, from where the image is taken. Fighting congestion is a fun game, like every other game, and risky, as few.

jueves, 3 de julio de 2008

Terrazas de arroz


Ya he hablado largo y tendido acerca de la importancia del arroz en esta región del planeta. Y lo que me faltaba por ver ya lo he encontrado en los alrededores de Ubud, en Bali. Dada la irregular orografía del terreno, los cultivos de este bien de primera necesidad se extienden en forma de terrazas (como las de la imagen). A falta de campos de cultivo planos, la necesidad una vez más agudiza el ingenio, máxime cuando ésta llega a la mesa.

(Rice terraces)

I have already spoken at length about the importance of rice in this region of the planet. And what I needed to be seen as I have found around Ubud area, in Bali. Given the uneven terrain of the land, crops staple part of this stretch in terrace-shaped. In the absence of flat farmland, the need once again sharpens the wit, especially when it comes to the table.

Gunung Batur



Gunung Batur (1717m), uno de los grandes volcanes situado en la parte oriental de las tierras altas de la isla de Bali, Indonesia, ha provocado todo tipo de problemas en el pasado a base de erupciones, que se han repetido en más de 20 ocasiones desde 1800.

En 1917 una erupción se llevó por delante la vida de 1000 lugareños y sorprendentemente la lava frenó justo antes de alcanzar el único templo localizado en la aldea Batur. En la imagen se pueden observar las dimensiones de la tragedia producida por la lengua de lava (de color negro) que arrasó el pueblo. En esos días el pueblo de Batur se encontraba en el lado oeste del lago Batur, justo en el interior del cráter.

El 3 de agosto de 1926 fue la fecha de la siguiente gran erupción que rodeaban la aldea de Batur y el templo. Los lugareños fueron evacuados y la aldea de Batur y el templo fue trasladado a borde del cráter. Ésta erupción formó Batur I, el cráter principal.

En septiembre de 1963 se vio otra erupción que continuaría hasta mayo de 1964. El volcán volvió a mantenerse inactivo hasta marzo de 1974, cuando una erupción hizo fluir nuevamente la lava alcanzando Yehmampeh, a los pies del mismo cráter.

Batur IV, que es el cráter más reciente, se formó por una erupción en 1994. Las erupciones se siguen dando en la zona de manera esporádica, al igual que en resto del país, siendo Indonesia uno de los países con mayor actividad volcánica del mundo. Lo cual no quita para que uno se aventure a ascender a la cima del volcán para comprobar que la Tierra gira, tiembla, y de vez en cuando, también tose.

(Desde estas líneas quiero recordar al guía que me acompañó en el ascenso, un lugareño de 39 años, quien hacía menos de una semana le habían hecho abuelo y quien el mismo día que nos dirigíamos hacia la cima se jugaba el sueldo de la semana, unas 400.000 rupias (alrededor de 30 euros), a que España ganaba la Eurocopa.)




Gunung Batur (1717m), the large volcano located in the eastern highlands of the island of Bali, Indonesia, has caused all kind of trouble in the past from its eruptions, which have occurred more than 20 times since 1800. A 1917 eruption killed 1,000 local people and amazingly the boiling lava stopped just short of the temple at Batur village. In the picture you can see the dimensions of the tragedy caused by the tongue of lava (black color) that swept through the village. In those day the village of Batur was located on the west side of Lake Batur, which is inside the crater.

August 3rd 1926 was the next big eruption that surrounded the village of Batur and the temple. The locals were evacuated and the village of Batur and the temple were relocated to the crater rim. This eruption formed Batur I, the main crater.

September 1963 saw another eruption that continues till May 1964. Things stayed peaceful until March 1974 when an eruption emitted lava flows as far as Yehmampeh on the crater floor.

Batur IV, which is the latest crater, was formed by an eruption in 1994. The eruptions continue to be in the area sporadically, as in the rest of the country, being Indonesia one of the countries with the highest volcanic activity in the world. That does not detract to venture to ascend to the top of the volcano to check that the Earth rotates, trembles and, occasionally, also coughs.

(From these lines I want to remind the guide who accompanied me on the trekking, a villager aged 39, who became grandfather one week before and that the same day as we head towards the summit, he had betted his salary as a guide of 400,000 rupees a week (around 30 euros), for Spain to win the Euro´08.)

domingo, 22 de junio de 2008

Tentempiés



Tapas. Pinchos. Refrigerios. Tostas. Bocaditos. Tentempiés. Cada cual que los llame como quiera, siempre y cuando sepan bien. Lo importante para cualquier gastronomía que se precie es que exista el concepto de porción reducida de comida, ya que su efecto reparador a cualquier hora del día no tiene precio, a pesar de que normalmente haya que pagar por ello.

En Tailandia, por suerte, más que irse de tapas, se podría decir que éstas vienen solas. Sobre ruedas. Salvo en los lujosos hoteles y restaurantes, donde tienes que ir tú a degustarlas mientras te toman el pelo y de paso te sugieren que les pagues por ello. El caso es que sin necesidad de irse al Mediterráneo, aquí mismo, a orillas del Índico también existe una extensa oferta de tentempiés, siempre y cuando uno afine la curiosidad culinaria y desactive los escrúpulos más secundarios. Todo es probar, sin miedo, ya que no olvidemos que lo que no mata, engorda.


Snack

Tapas. Spikes. Refreshments. Toasts. Bites. Snacks. Everyone is free to name them as they like, as long as they taste good. The important thing is that any gastronomy needs this concept of small portion of food, since their everytime refreshment effect is priceless, despite the fact that normally we have to pay for it.

In Thailand, fortunately we don´t go on tapas, actually we could afirm they come to you by themselves. On wheels. Except in luxury hotels and trendy restaurants, where you have to go to taste while they pull your leg and then you´re suggested to pay for it. The fact is that far away from the Mediterranean, right here, on the banks of the Indian Ocean also exists a large supply of snacks, as long as oneself tunes on a culinary curiosity and disables the most secondary scruples. Everything is about tasting, fearless, because we shouldn´t forget that what does not kill you makes you fatter.

domingo, 8 de junio de 2008

Derrape



A lomos de un elefante da la sensación de que no existe obstáculo alguno capaz de frenar el torpe avance de este enorme animal. Da igual que el terreno se empine, para arriba o para abajo, tampoco importa demasiado que la maleza sea excesivamente abundante o que el terreno esté completamente embarrado. Incluso uno puede cruzar un río sin mojarse ni una sola gota. Esto no quita que, a pesar de su tremenda envergadura y de sus enormes patas, en determinadas circunstancias, un elefante no siempre avance con paso firme.

Subido a uno, desfilando por el valle de la imagen, comprobé que la estabilidad y la adherencia de estos animales, a pesar de lo que se pueda imaginar dado su tamaño, puede que no sea del todo buena. Derrapar a lomos de un elefante es una sensación divertida y excitante aunque poco recomendable, tanto por el nulo control de dirección del piloto, quien todo lo que tiene en sus manos para evitar el accidente son las orejas del animal, como por sus posibles y más que probables fatales consecuencias de la caída.


(Derrape)

Seating on the back of an elephant gives you the feeling that there´s no obstacle that can stop the clumsy advance of this enormous animal. It doesn´t matter if the land goes up or down, it either does not care too much about the excessively abundant weeds or that the land is completely muddy. Oneself even can cross a river without to get wet nor single drop. This does not clear so that, in spite of its tremendous spread and of its enormous legs, in certain circumstances, an elephant not always advance with firm step.

Raised above one, marching past by the valley of the image, I verified that the stability and the adhesion of these animal, despite the fact of which its size can be imagined dice, perhaps are not absolutely good. To skid to backs of an elephant is an funny and exciting sensation although little recommendable, as much by the null control of steering of the pilot, who everything what holds in its hands to avoid the accident are the ears of the animal, like by their possible and than more probable fatal consequences of the fall.