jueves, 27 de marzo de 2008
Kuala Lumpur
El sábado pasado estuve Kuala Lumpur. Nada más entrar en la ciudad de regreso del circuito de Sepang recibí una lluviosa bienvenida, muy agradecida, todo hay que decirlo, tras pasarme el día entero agarrándome una tremenda borrachera solar sentado debajo de una palmera mientras veía pasar bólidos de todos los colores. Después de encontrar alojamiento en un hotel situado en el concurrido y variopinto barrio chino de la capital malaya, me acerqué a ver las Torres “Petronas”, a pesar del mal tiempo. Al enfrentarme a ellas, situando mis pies a unos 452 metros de la cabeza de las gemelas más famosas de Malasia, comprobé in situ la inmensa e inhumana envergadura de estas dos esbeltas hermanas.
La lluvia y la noche caían de la mano, una de manera uniforme, otra a rachas. Después de unos minutos de reflexiva contemplación, decidí refugiarme en el lujoso centro comercial que se sitúa a los pies de las dos torres. Escaparates llenos de moda, lujo, glamour: bolsos, zapatos, trajes, vestidos, relojes, joyas, etc. Exactamente la misma gama de productos y marcas que me habían ofrecido a gritos y con algún que otro agarrón los dependientes de los tenderetes del barrio de mi hotel, haciendo uso, además, de increíbles descuentos “made in China”.
Para ser sincero no fueron ni las torres gemelas, ni las tiendas de lujo, ni los tenderetes callejeros, ni mucho menos los desorbitados descuentos de los ruidosos vendedores lo que más me llamó la atención en mi breve estancia en la ciudad . En realidad fueron las imágenes que tomé en el mercado de comida que me encontré en un callejón a la mañana siguiente lo que me causó mayor impresión, y eso que no es el primero que veo de este estilo por esta parte del mundo, ni será el último. Por algo será que le dedico parte de ésta entrada y también la próxima. Eso sí, sin palabras.
(Kuala Lumpur)
Last Saturday I was in Kuala Lumpur. Just when I was returning from Sepang circuit I received a rainy welcome, very grateful, I must say, beacuse I got really sun-drunk sitting down under a palm tree while I watched pass through all kind of sports cars. After I found accommodation in a hotel located in the middle of the crowded and colourful Chinese district of the Malaysian capital, I went to visit the Petronas Twin Towers, despite the fact of the bad weather. When I faced them, stepping my feet 452 metres under the head of the most famous twin sisters of Malaysia, I check overground the massive and inhuman size of these two slender sisters.
The rain and the night were falling hand to hand, one evenly, the other through patches. After few minutes of reflective staring, I decide to shelter at the luxurious shopping mall situated under the bottom of both towers. Shop windows top-up with fashion, luxury, glamour: bags, shoes, dresses, watches, jewels, etc- Exactly the same range of products and brands as the ones that were offered by shout and with some grasps too to me by the street-stalls assistants of the district of my hotel, using also amazing discounts “made in China”
To be honest weren´t neither the twin towers, nor the luxurious shops or street stalls, not even the exorbitant discounts from the noisy sellers what impressed me the most during my short visit. What I found more impressive were the pics I took in a food market I found in a side street the morning after, even if is not the first and won´t be the last I see in this side of the world. That´s why I write about here, and also in the next, but without words.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
en ascuas nos tienes....cucas ricas para almorzar?
jorgin.
Publicar un comentario