miércoles, 20 de febrero de 2008
Elogio a la bicicleta (parte II)
Hace un tiempo, justo antes de abandonar Londres, en este mismo blog escribí un sentido homenaje a la que fue mi principal compañera de viaje por la aquella ciudad que aún recuerdo con nostalgia: mi bicicleta.
Una vez más, ahora ya en Bangkok, he vuelto a dar pedal. Desde mi estancia en los Países Bajos, tengo la sensación de que hasta que no recorro cada nueva ciudad en bicicleta no interiorizo lo que significa estar donde estoy. Quizá sea por la libertad de dejarte llevar hacia donde te lleva el impulso con cada pedalada, la facilidad para alcanzar rincones que a pié quizá nunca alcanzarías, la posibilidad de enfrentarte a múltiples realidades sin apretar el freno, o mejor dicho, sin poner los pies en el suelo.
Nada más llegar aquí, un amigo llamado Luis me sugirió la posibilidad de irnos a hacer una ruta cicloturista nocturna por Bangkok. Con las mismas, ayer nos pusimos el casco y seguimos a nuestro guía. Como todo paseo de este estilo que se precie, hubo visitas monumentales y otras más mundanas. Quizá la mejor parte fue, una vez más, las imágenes extraídas en esta última parte, una realidad menos divina, más humana. Ayer, una vez más, una bicicleta (y esta vez no era mía) me enseño a ver la realidad que me rodea con otros ojos, sin dejar nada fuera. Da gusto lo mucho que te enseña un simple bicicleta.
Tribute to a bike (part II)
Time ago, just before I left London, in this same blog I wrote a deeplu felt tribute to my main trip mate around that city that I still keep with nostalgia: my bike.
Once again, now in Bangkok, I´ve ridden a bike. From my Dutch period, I have the feeling that until I don´t get a bike and ride the new place I cannot internalize the meaning of where I am located. Perhaps it´s the freedom of let yourself flowing with the impulse of every pedal you press, the easiness to reach corners that by foot never reach, the chance to face multiple perspectives with using the brake, better said, without putting your foot over the ground.
Just after my arrival, a friend called Luis suggested to me the plan to cycle-tourist route at night around Bangkok. Yesterday, we went straight to the bike shop, grap a helmet and followed the guide. As every route of this style, there were monumental and mundane sights. Maybe the best part, once again, were the pics taken in this last part, less divine but much more human. Yesterday, again, a bike (and this time wasn´t mine) taught me to watch the reality with different eyes, without let nothing escape. It´s nice how much you learn with a simple bike.
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