miércoles, 21 de mayo de 2008

Cercanía espacial





Antes de aterrizar en Bangkok alguien me comentó que la ciudad a la cual me dirigía era una suma de contrastes extremos. Como toda megalópolis pensaba a qué distancia podrían encontrarse dichos extremos, ya que de existir físicamente, en mi imaginación los ubicaba exageradamente distantes. El caso es que tras unos cuantos meses investigando por la ciudad he llegado a la conclusión de que si por algo esta ciudad es tan extrema, como bien me apuntaron en su día antes de venir, valga la paradoja espacial, es por la cercanía de ambos polos.

Ambas fotos están tomadas en el centro de Bangkok, exactamente en el mismo barrio donde vivo, Asoke, a una calle de distancia de mi casa, Sukhumvit 17. Los dos alojamientos comparten vistas al canal donde se alinea en paralelo una fila de palmeras. Sus propietarios lo comparten casi todo, incluso los mismos rayos de sol de la mañana o las lluvias monzónicas de la tarde. Todo menos el estilo arquitectónico y sobre todo la calidad de vida que les ha tocado vivir o sufrir a cada cual, depende como se mire. Contrastes extremadamente cercanos, donde unos viven en el espacio mientras otros simplemente se arrastran por el infierno.


(Space proximity)

Before landing in Bangkok someone told me that the city to which I was going to was a sum of extreme contrasts. Like all mega-cities I thought about how far those ends might be found, since there physically, in my imagination their location was overly distant. The fact is that after a few months investigating the city I´ve come to the conclusion that if there´s any reason why this city is so extreme, as I was pointed out before my departure, worth the space paradox, is the proximity of both poles.

Both photos were taken in downtown Bangkok, in exactly the same neighbourhood where I live, Asoke, a street away from my studio, Sukhumvit 17. The two accommodations share a view overlooking the canal where it ranks alongside a row of palm trees. Their owners shared almost everything, even the same ray of sunshine in the morning or the afternoon monsoon rains. Everything but the architectural style and especially the quality of life they both live or suffer, depends as mire. Contrasts extremely close, where some live in space while others simply dragged by the inferno.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Amor patrio



Todos los días a las 8am y a las 6pm en este país suena el himno nacional, momento en el cual todo el mundo tiene la obligación de detenerse para honrarlo y de paso para escucharlo. Todo se detiene por un instante, menos el tráfico, que ya lleva un rato atascado. La primera vez que me enfrenté a esta situación iba caminando por la calle escuchando música en mi iPod y contemplé estupefacto como todo a mí alrededor se detenía, algo así como si la realidad quedara congelada por un instante. Por acto reflejo, y sobre todo, por las caras que ponían las estatuas que me iba encontrando por el camino, yo también me detuve, hasta descubrir el motivo de aquella pausa.

Por si fuera poco, el nuevo semestre universitario está a punto de comenzar aquí en Tailandia y desde el nuevo Gobierno, en concreto desde el Ministerio de Educación, proponen intensificar el amor y el respeto a la bandera obligando a los alumnos a contemplar su izado diariamente al son del himno nacional mientras digieren la sopa de arroz del desayuno. Discuten, de momento, si en las escuelas ha de coincidir con el horario nacional o si bien han de retrasarlo media hora para, supongo, doblar la exposición y lograr mejores resultados, lo cual me parece una lógica bastante cruel.

Lo que no entiendo es la propuesta de uno de los miembros de dicho Ministerio, quién propone que incluso los conductores deberían detener sus coches para escuchar el himno nacional en pié en medio del atasco. ¿Acaso no sabrá que a las 8am los coches ya no se mueven desde hace un rato? Me pregunto los motivos que le llevan a pensar así ya que más que amor patrio da la sensación de lo que sufren algunos dirigentes en este país es enajenación patria.


(For the love of the country)

Everyday at 8am and 6pm in this country the national anthem sounds everywhere, at which everyone has an obligation to honour and stop crossing to hear it. Everything stops for a moment, except traffic, which already carries a while jammed. The first time I faced this situation was walking down the street listening to music on my iPod and stared stunned how everyone around me were stopped, like if the reality remained frozen for an instant. On reflection act, and above all, by their statues´ faces that I was encountering along the way, am stopped too, until discovered the reason why for pause.

To make matters worse, the new university semester is about to begin here and in Thailand drafted from the new Government, particularly from the Ministry of Education, there´s a proposal to intensify the love and respect for the flag forcing students to consider daily the lift and listen the national anthem while digest rice soup breakfast. Now the discussion of the time if the schools should match the national schedule, or if they have to delay for half an hour, I suppose, doubling the exposure achieves better results, which seems to me rather a cruel logic.

What I do not understand is the proposal of one member of that Ministry, who even proposed that drivers should stop their cars to hear the national anthem standing in the middle of the jam. Does he not know that already at 8am cars are no longer moving for a while? I wonder the reasons that lead him to think like that coz for the love of the country feel the suffering of some leaders in this country seems to be homeland´s alienation .

martes, 13 de mayo de 2008

Posiblemente la peor dictadura del mundo



Últimamente está visto que las catástrofes naturales, una vez más, se ceban con Asia. Primero fue en Myanmar (Birmania) en forma de ciclón. Poco después en China, en forma de terremoto. Y la peor estoy seguro que está por llegar. Porque como bien dijo aquél, no hay dos sin tres, y a este paso, gracias a la demostración de la Junta Militar en Myanmar (Birmania), la tercera volverá a ser allí mismo, en cuestión de días, en forma de hambre y enfermedades, como consecuencia de las ineptidud inhumana de unos (los dirigentes birmanos) y la ilegal pasividad de los otros (los dirigentes occidentales). Resulta que ahora el problema serán los visados.

A continuación, os presento al pié de la letra un artículo titulado "Posiblemente la peor dictadura del mundo", escrito por Ángel Villarino, amigo y periodista, corresponsal de prensa para Asia.

Myanmar (antigua Birmania) ha sido arrasada por la conjunción de dos ciclones mortíferos: el ciclón Nargis y la Junta Militar. El régimen de los generales no preparó el país para el desastre a pesar de haber sido advertido por India 48 horas antes, no hizo nada por rescatar a las víctimas tras la tormenta y está permitiendo con cuentagotas que la ayuda internacional acuda a salvar a sus ciudadanos. Tras casi 50 años de aislamiento y dictadura, muchos birmanos otorgan la misma naturaleza a ambas plagas, que consideran imponderables fuerzas contra las que es casi imposible oponerse y ante las que lo único que puede hacerse es refugiarse, ponerse a salvo.

Frente a esta percepción extendida entre las masas campesinas, la resistencia y los movimientos que exigen el cambio cuentan con importantes organizaciones en el exilio, con la ayuda de Estados Unidos y varios países europeos y con el apoyo de los monjes budistas, la única organización que, dentro de Myanmar, tiene una capacidad organizativa suficiente como para articular las protestas. Ellos intentarán (ya lo están haciendo) canalizar las iras del pueblo contra los generales, que presumiblemente saldrán debilitados de la catástrofe. Enfrente tienen uno de los aparatos represivos más contundentes del mundo, respaldado por la diplomacia china y los intereses económicos indios.

La oposición en el exilio está haciendo lo posible por resurgir la causa birmana, muy tocada desde septiembre a escala interna, pero que está ya tan de moda en algunos circuitos internacionales como Tíbet. ¿Conseguirán dar un último empujón al movimiento democrático que fue acallado a punta de fusil en septiembre? Los analistas se dividen entre quienes piensan que el ciclón ha acabado con la poca legitimidad popular que les quedaba a los generales y entre los que opinan que, por el contrario, lo único que preocupa a la Junta es tener contentos a sus militares y soldados. "La opinión pública no les importa y nunca les ha importado. No controlan el país con la opinión pública, sino con el Ejército", explicó Win Min, experto en asuntos birmanos de la Universidad de Chang Mai (en el norte de Tailandia).

Aunque la destrucción y la censura han dificultado el flujo de información desde Myanmar, las noticias de pequeñas manifestaciones en las grandes ciudades, especialmente en Rangún, han sido frecuentes. Las protestas son siempre breves. Para evitar la represión, los manifestantes, suelen ser dirigidos por monjes budistas, se congregan, lanzan proclamas contra el Gobierno durante cinco minutos y se pierden por los callejones antes de que lleguen los soldados. El miedo de los birmanos ante sus gobernantes es tan intenso que nadie revela su verdadero nombre cuando habla con un extranjero (mucho menos por teléfono). Incluso cuando se quejan por la destrucción del ciclón, contando los dramas humanos que frecuentemente implican la vida de seres queridos, prefieren hacerlo desde el anonimato. Saben que el mero hecho de hablar con alguien de fuera del país puede ser motivo de arresto.

La presencia de extranjeros es uno de los principales miedos de la Junta Militar. Según los análisis más cautos la devastación del Nargis quizá no traiga libertades al país, pero puede sembrarlas. Pese a actuar con suma cautela y racionar los visados, los generales están permitiendo que algunos elegidos entre ONG y organismos internacionales crucen la frontera. Es la primera vez en casi 50 años que Myanmar recibe del exterior algo más que turistas en busca de paisajes exóticos. ¿Será suficiente?

Nadie lo sabe. Todavía es pronto para evaluar el saldo político de la tragedia. "Nadie puede predecir lo que va a pasar. Por una parte tenemos un Ejército muy, muy fuerte que mantiene el país bajo un férreo control. La gente les tiene mucho, mucho miedo, está realmente asustada. Pero, por otro lado, tenemos unas protestas duramente reprimidas hace unos meses, más una crisis económica y un incremento del precio de los alimentos, en parte por lo que está sucediendo en toda Asia, pero también por la gestión en el propio país. Y además, está el referéndum [para cambiar la Constitución], y ahora, el ciclón. Toda una serie de elementos de inestabilidad, tal vez demasiados", explica David Scott Mathieson, representante de la organización Human Rights Watch para Birmania.

Lo que el Nargis sí ha conseguido torcer es la voluntad de la Junta en una de sus principales apuestas políticas de los últimos años: el referéndum popular para cambiar la Constitución y otorgarle un maquillaje democrático al régimen (que la oposición pide boicotear al considerarlo un burdo intento de legitimarse ante la opinión pública exterior). Aunque los militares anunciaron que se celebraría a pesar del ciclón, al final han aceptado a medias que un país en el que millones de personas se han quedado sin acceso a agua potable y alimentos tiene urgencias más importantes que escenificar una farsa electoral. Mientras se escribía este artículo se barajaba la hipótesis de postergar el voto hasta el 24 de mayo en las zonas más afectadas, pero mantener las votaciones para el 10 en el resto del país. Estas prisas evidencian que, como sospechan la oposición y todos los observadores que han estado en el país, la Junta teme no poder amañar las elecciones en medio del caos del ciclón y que la gente se niegue a ir a votar.

Dos últimas cuestiones planean sobre el drama. La primera es cómo afrontará la Junta Militar la resaca del desastre. Con la producción de arroz destruida en un 65% (según fuentes de la FAO) y los precios de las grandes ciudades triplicados en cuestión de días, se avecinan tiempos difíciles para Birmania y los análisis más aventurados anuncian oleadas de protestas, que quizá no arranquen como manifestaciones politizadas, sino más bien azuzadas por estómagos vacíos. La segunda cuestión está directamente relacionada con el dinero que Myanmar recibirá del exterior para afrontar la crisis.

Cientos de países y organizaciones han anunciado donaciones de varios millones de dólares. Algunos, como Estados Unidos, las han condicionado a la transparencia, a saber y controlar cómo se va a utilizar el dinero. El miedo es que si cae en manos de los generales, las ayudas en efectivo podrían servir para fortalecer la maquinaria represiva y para hacer frente a las protestas en un momento especialmente delicado.


Os adjunto un link con algunas imágenes que ilustran el catastrófico panorama del país vecino al que planeaba viajar este mismo fin de semana. Pero no va a poder ser, por ahora.

http://www.nytimes.com/slideshow/2008/05/09/world/0509-MYANMAR_index.html

Jarabes



El mundo entero se despierta a base de té o de café, y en el caso de Tailandia, también de jarabes energéticos no recetados. Yo desde hace años siempre bebo té, he de decir que el olor a café me atrae ligeramente, no así su sabor. Lo que nunca me han gustado son las bebidas energéticas con sabor a jarabe. Y menos aún para desayunar. Su sabor me resulta empalagoso, desagradable, incluso diría que vomitivo. Algo así como si me estuviese bebiendo un simple vaso de leche caducada nada más levantarme.

Hace años que se pusieron de moda este tipo de bebidas a lo largo y ancho del planeta, yendo un paso más allá de los típicos refrescos gaseosos como la universal Coca-Cola o la pseudo-cítrica Fanta, de naranja o de limón, los cuales atrapan la vista del consumidor con refrescantes diseños y llamativos colores, aquí aún más si cabe por el uso ilegible aunque suficientemente reconocible de los caracteres thai. Con las bebidas energéticas aquí pasa exactamente lo mismo, aunque la competencia parece bastante más feroz que la histórica Pepsi vs Coca-Cola.

Cada vez que voy a un supermercado aquí en Bangkok y camino por el pasillo de las bebidas, me detengo a observar la gran variedad de este tipo de refrescos con sabor a medicina. Sobra decir que los precios en Tailandia son mucho más asequibles que en Occidente, más baratas incluso que el té o el café, lo cual sigue sin incitarme a cambiar de opinión, aunque sí que he de decir que me impresiona comprobar diariamente su extendido consumo, a pesar de su llamativa aunque poco saludable apariencia. El Red-Bull aquí no es el producto estrella, ni con un par de versiones extras incluída, ni vendiéndolo a 10 bahts, al cambio 20 céntimos de euro. El que triunfa es el M-150, una bebida en envase de cristal (la mayoría se envasan en este tipo de botellines que parecen recién salidos del laboratorio) con su logo en forma de estrella de sheriff, claro está, dirigido a los tipos más duros, a los más jefes.

(Syrups)

The whole world wakes up to a basis of tea or coffee, and in the case of Thailand, also of non-prescription energy syrups. For years I always drink tea, I must say that the smell of coffee attracts me slightly, but not its flavour. What I have never liked are these syrup-flavored energy drinks. And even less for breakfast. Its flavour is sickly sweet, unpleasant, I would say that even vomiting. Something like this is like if I were drinking a single glass of milk expired just after get up.

Years ago it became fashionable this kind of drinks across the globe, going a step beyond the typical soft drinks as the universal Coca-Cola or the pseudo-citrus Fanta , orange or lemon, which catch the sight of the consumer with refreshing designs and flashy colours, here in Thailand even more if possible by the illegible but sufficiently recognizable use of thai characters. With the energy drinks happens exactly the same thing here, but the competition seems far more ferocious than the historic Coca-Cola vs. Pepsi.

Every time I go to a supermarket here in Bangkok and way down the corridor of drinks, I stop to watch the wide variety of such soft drinks medicine-flavoured. It goes without saying that prices in Thailand are much more affordable than in the West, cheaper even than tea or coffee, which still does not incite to change my mind, but I must say that I check them daily causing me a great impression, as not surprisingly, its widespread use, despite their striking but unhealthy appearance. The Red Bull-here is not the star product, neither its extra version, nor selling it to 10 baht, to change 20 cents. Whichever wins is the M-150, in a beverage container glass (most are packaged in this type of bottles that appear emerging from the laboratory) with its logo in the form of sheriff's star, of course, led to the real men, the Masters.

lunes, 12 de mayo de 2008

Viaje subacuático


















Estas son algunas de las imágenes del último viaje subacuático que hice en el archipiélago de Surin, en el mar de Andamán. Este fin de semana volveré a calzarme las aletas y a poner cara de pez, ésta vez en Koh Tao, en el Golfo de Tailandia. Si soy sincero, ya empiezo a hacer burbujas de felicidad de sólo pensar en volver a bucear.

(Subaquatic trip)

These are some pics from the last dive trip I made in February around the Surin archipielago, located in the Andaman Sea. This weekend I will wear the fins back again and I´ll put fish-face too. This time will be in Koh Tao, in the Gulf of Thailand and to be honest, I´m already bubbling on happiness only thinking about getting down there on diving.

miércoles, 7 de mayo de 2008

¿Has comido arroz ya?



Si se está en Asia a la hora de comer, aunque no sea de muy buena educación, siempre se hablará con arroz en la boca, aunque sólo sea un grano. Hay que tener en cuenta lo siguiente: que el mayor productor/consumidor mundial es asiático, China, que el segundo también lo es, India, que el tercero no iba a estar muy lejos, Indonesia, y así sucesivamente, pasando por Bangladesh, Vietnam, Myanmar, Tailandia, Pakistán y Filipinas, hasta llegar a Brasil, primera excepción no oriental en cuestiones arroceras.

Por lo tanto, no exagero si digo que el pan (nuestro) es el arroz (suyo) de cada día. Aquí todos los platos están hechos con arroz, o como mínimo, se pueden acompañar de éste, ya sea el típico plato de curry verde, el pollo con anacardos o alguna que otra deliciosa sopa, como el `tom yan kung´.

En Tailandia, primer exportador mundial, como no podía ser de otra manera, también se habla de arroz diariamente. Y es que para que me entendáis mejor aquí literalemente no existe el término "alimentarse" sino el de "comer arroz" ("kin khâo"). Incluso, en el día a día, uno de los saludos más comunes y curiosos que se escucha por la calle, "kin khâo láew rêu yang", se traduce de la siguiente manera: ¿has comido arroz ya?.

¿Y tú, has comido arroz ya?


(Have you eaten rice yet?)

If you're in Asia at lunchtime, although is not polite at all, you always speak with rice in the mouth, if only a grain. It should be borne in mind: that the world largest rice producer/consumer is in Asia, China; the second as well, India; the third is not very far, Indonesia; and so on, passing through Bangladesh, Vietnam, Myanmar, Thailand, Pakistan and the Philippines, finally arriving to Brazil, the first exception in Eastern rice issues.

It is therefore not exaggerating when I say that (our) bread is (their) daily rice. Here all the dishes are made with rice, or at least, it can be accompanied by, either a typical dish of green curry, chicken with cashew nuts or any other delicious soup, as the `tom yan kung '.

In Thailand, leading world exporter, as it could not be different, also people speak about rice every day. For better understanding literally here does not exist the term "eat" but to "eat rice" ( "kin khâo"). Even in everyday life, one of the most common and curious greetings can be heard down the street, "kin khâo láew rêu yang", it´s translated as follows: Have you eaten rice yet?.

So that, has already eaten rice yet?

Productos frescos II









Plaza de abastos de Vinh Long, Vietnam. No digo más...


(Fresh products)

Local fresh food market in Vinh Long, Vietnam. Needless to say.

martes, 6 de mayo de 2008

Ho Chi Minh City



Ho Chi Minh (antigua Saigón) llama la atención a todos y cada uno de los sentidos antes incluso de que se alcance el centro mismo de la ciudad. Pero en especial atrapa a dos de ellos: la vista y el oído. A medida que uno se adentra en la capital vietnamita, uno tiene la sensación de estar rodeado. Cientos, miles, millones de motocicletas circulan por la ciudad sin prisa, pero sin pausa, siguiendo un incesante y llamativo ritmo: el sonido estridente de pitos y cláxones los cuales organizan el tráfico, y sobre todo, marcan el paso. La vista, mientras tanto, se alimenta con las últimas tendencias en cascos. Los hay de todas las formas y colores, lisos o estampados, de piel o de plástico, con lazo o sin él. Desde que entró la nueva ley ahce unos meses que obliga a todo vietnamita a vestir uno diariamente, estos han escogido al casco como el elemento estrella al hablar de moda. Y no es una decisión descabellada. En la furgoneta en la que viajaba con destino a la capital conocí a una vietnamita que me descubrió el secreto (a pitos, claxones y bocinas): le pregunté cuántas personas vivían en la ciudad y me respondió esbozando una pícara sonrisa: en HCM City hay 8 millones de motos, tantas como personas.

(Ho Chi Minh City)

Ho Chi Minh City (former Saigon) draws attention to each of the senses even before reaching the heart of the Vietnamese capital. But especially catches two of them: sight and hearing. As one enters the city, oneself has the feeling of being surrounded. Hundreds, thousands, millions of motorcycles circulating through the city without haste, but surely, following a relentless pace and striking: the shrill sound of whistles and horns which organize traffic and especially the passing mark. The sight, meanwhile, is powered by the latest trends in helmets. There are all shapes and colors, plain or embossed, leather or plastic, with or without bond. Since joining the new law few months ago that obliges all Vietnamese to wear one in a daily basis, they have chosen the hull as the star item when talking about fashion. And it's not a decision-fetched. In the van in which I was travelling towards Vietnam´s capital city I met a Vietnamese that discovered me the (whistled and horned) secret: asking about how many people lived in the city my question was answered while she was outlining a witty smile: in HCM City there are around 8 million motorcycles, as many as inhabitants.

El delta del Mekong






















Os presento en imágenes mi último viaje por el río Mekong. La excursión fluvial la comencé en solitario en tierras camboyanas, en un pueblo llamado Neak Luong situado a escasos kilómetros de la capital camboyana, Phnom Penh, desde donde descendí siguiendo el curso del río hasta alcanzar el Delta, ya en territorio vietnamita. Un viaje que muestra la vital importancia que este río tiene en la sociedades rurales de la zona. Viven literalemente de lo que les da el río. Simple y acuáticamente.

(Mekong Delta)

This is a photo-presentation of my last journey through the Mekong River. I started the river trip in Cambodia alone, in a village called Neak Luong located a few kilometers away from the Cambodian capital city, Phnom Penh, from where I descended along the river to reach the Delta, already in Vietnamese territory. A journey that shows the vital importance of this river for the rural societies within the area. They live literally with what is given by the river. Simply and aquaticly.