viernes, 27 de julio de 2007
En el nombre del galgo
Esta mañana me he ido a ver carreras de galgos al Walthamstow Stadium, en el noreste de Londres. Dicen las buenas lenguas más trabajadoras que en este estadio se han vivido tardes de época. Sin pamelas ni excentricidades propias de las minorías más pudientes de su hermano mayor, Ascot, pero con más humor, más encanto y más cerveza de lo que uno se pueda imaginar a media mañana.
La liebre, como siempre, encabezaba la prueba una y otra vez, sin mostrar fatiga alguna. Antes de cada salida, los esbeltos velocistas, de manera un tanto maleducada, aflojaban sus músculos mientras descargaban sus tensiones aprovechando el breve paseíllo frente a la semivacía tribuna principal. Mientras, el reducido público hacía sus apuestas y recogía sus correspondientes consumiciones en el bar dispuestos a disfrutar de la siguiente carrera.
Lo atractivo de la disciplina para el que no la conoce, según me explicaron, es que al contrario de lo que sucede con los millonarios caballos, aquí no hace falta conocer el pedigree del animal ni si las raciones de la última semana han sido lo suficientemente abundantes. Como me comentaba una experimentada apostante de la zona, el secreto está en el nombre de los galgos: - Leélos con atención, elige el que más te guste y apuesta por él. Si gana, recoge tu recompensa, has tenido buen gusto. Si no, no pasa nada, vuelve a apostar, lo importante es participar.
Atónito me fui a tomar un té al bar para intentar asimilar semejante consejo y allí, por fortuna, encontré la verdadera respuesta tanto al secreto que me había confesado la especialista en carreras de galgos como a la pregunta que me había surgido tras escuchar la recomendación de esa mujer: pintas a 1,45 pounds, o lo que es lo mismo, a mitad de precio.
(In the name of the greyhound)
This morning I went to watch greyhound races at the Walthamstow Stadium, north-east of London. It is said in the working-class rumours that in here there has been some landmark races. No broad-brimmed hats nor even eccentricities from the Ascot´s high-class sister, but with more humour, more charm and more beer that anyone could expect at midday.
As usual, the dummy pacemaker heading the contest every once and then, without showing any tiredness at any time. Before every start of the race, the slender sprinters, in a bad-mannered way, were loosening their muscles at the same time they were reducing the strains while the short walk in front of the main half-empty tribune. Meanwhile the few public was staking and getting some drinks in the bar ready to enjoy the next race.
The discipline´s trap for the unaware spectators, as I was taught, it´s right the opposite that happens with the millionaire horses, here you don´t have to know about the greyhound´s pedigree not even if the recent meals of the animal have been big enough. As I listened from a well-experience local, the secret is inside their names. - Read them carefully, choose the one that you like the most and bet for it. If wins, go and take your reward. You had good taste. If not, don´t worry, bet again, the most important thing always is to particpate.
Astonished, I went to the bar to ask for a tea trying to assimilate such an advice and there, fortunately, I found the truth either for the secret that the greyhound´s specialist told me and for the answer to the question that came up to me after listening that advisory comment coming from that lady: 1, 45 pounds per pint of beer, what is in other words, half price.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Y el de Barcelona, el canódromo de la Meridiana... Recuerdo que me llamaron la atención en LeCOOL por recomendarlo. Gran lugar: gané dos euros en las carreras, y gasté diez en cervezas. Lo tiraron, claro, los prebostes de la pos-retro-modernidad!!!
tunante!
ya me he enterao que vuelves a la patria madrileña. nos veremos alli pues. ya falamos. txaq
Publicar un comentario