miércoles, 18 de julio de 2007

The Malta Experience



A la hora de viajar, independientemente de cuál sea el destino escogido, nos exponemos a situaciones ajenas y muchas veces, incomprensibles. No importa cuál sean las razones que nos hayan llevado hasta allí o las expectativas previas que uno podía tener del lugar. Al fin y al cabo, no las comprendemos porque no las conocemos. El caso es que cuando la nueva realidad que nos rodea se apodera de nuestros sentidos sin saber por qué, uno comienza a sufrir una especie de viaje en el tiempo, y empieza a revivir lo que no vió ni tampoco sufrió.


Así sucede en Valetta, Malta, una ciudad vieja, arrugada, destruida aunque afortunadamente en proceso de reconstrucción permanente, llena de calles en forma de tobogán al mar, que sin darte cuenta te lanzan hacia otra nueva dimensión. Nada más cruzar la impresionante muralla que rodea la ciudad y desde la que una hilera de cañones enfoca al viento de manera pacífica recordando los retratos antiguos visitantes no deseados, uno se da cuenta de que dentro tuvo que haber guerra. Y es que no hace falta abrir mucho los ojos para contemplar un extraordinario lugar que aún se recupera de aquellos tiempos de batallas. Es inmensa la historia de la ciudad (y de toda una isla) saqueada por los cuatros costados a través de los tiempos. Y también extraña.


Fueron, entre otros, los fenicios, los vándalos, los árabes, los otomanos, los franceses y por último los ingleses, los que se fueron dejando la piel por la isla y se llevaron a cambio lo que les apeteció de ella. A día de hoy entre las ruinas históricas de la isla queda un hueco vacío que desde hace tiempo permite al extranjero completar a su antojo a modo de pasatiempo turístico, con total libertad y sin miedo a equivocarse, el desenlace de su historia, o al menos a atreverse a sugerirla. Es más, lo más probable es que después de todo, a más de uno lo más atractivo le resulte intentar comprender la verdadera experiencia maltesa. Como a mí, lo más incomprensible de todo el viaje, fueron, sin duda, sus gentes.


(The Malta Experience)

When you are travelling, regardless of which is the chosen destination, we face situations beyond our senses, most of the time, difficult to understand. No matter which are the reasons why we arrived were we´re or the previous expectations that we´d ´ve made up from the place. After all, we don´t understand them ´cos we don´t know them. The fact is that as soon as the new reality that surrounds us seizes our senses without asking, oneself starts to journey of time, to revival what didn´t have seen or suffered.

This way is how everything happen in Valetta, an old city, wrinkled, destroyed but luckily in permanent reconstruction, full of slide-shaped streets that end near to the sea, launching you to a new dimension without previous advice. Just after crossing under the massive wall surrounding the city and from where a line of cannons focuses the wind peacefully remembering the portraits of past undesirable visitors, it´s easy to understand that there was battles inside. There´s no need to open so much our eyes to stare at an extraordinary location still recovering from the wartime. It´s vast the history of the city (and the island´s too) plundered by every site across the centuries. And odd too.

Among others, the Phoenician, the Vandals, the Arabs, the Ottomans, the French and then the English, all of them left their skin around the island and took as a deal whatever they wanted from there. Nowadays, among the historic ruins is left an empty gap that from time ago till now allows the foreigner to fill the ending of the story up, or at least, to suggest it, like a touristic pastime as one pleases, totally free and with no fear to mistake. Moreover, probably after all of this, the most attractive fact results to try to understand the real experience of Malta. For me, the most incomprehensible of the whole trip, were, no doubt, their people.

No hay comentarios: