domingo, 20 de mayo de 2007

Comida orgánica


Desde hace un tiempo vengo reflexionando acerca de la alimentación britanica. Obviamente, me llaman la atención muchas cosas, demasiadas para ser sincero. Puntualizo diciendo que cuando digo que "me llaman la atención", el 95% de las ocasiones lo digo porque me asusta lo que veo.

Cada vez que entro en un supermercado me detengo medio minuto a contemplar el expositor de los paquetes de pimientos tricolor como si de un semáforo se tratara. La verdad que los miro y es cuando verdaderamente pienso que la sección de verduras y hortalizas de cualquier gran superficie merece la pena ser evitada.

Lo más curioso del tema aparece cuando entras en una tienda donde venden eso que llaman "comida orgánica". A bote pronto suena extraño eso de que la comida recobre la vida evitando el supermercado y se exponga a la venta como remedio natural a las pesadillas y torturas que van incluidas en el carrito de la compra. Lo cierto es que en estos establecimientos dicen que todo es natural, como la comida misma, y que todo es orgánico.

Valga la paradoja, resulta que estas tiendas suelen estar frecuentadas por vegetarianos orgullosos de no participar ni activa ni pasivamente en el asesinato de ni uno sólo de los seres vivos de este planeta, pero que en cambio disfrutan con gusto mientras devoran la vitalidad de sus frutas y verduras.

Lo más gordo viene cuando decido dar un paso adelante en la reflexión o dos para atrás en la evolución de la alimentación, y me doy cuenta de la tomadura de pelo, tanto de la orgánica como de la inorgánica, si es que se vende: antes, los productos de la abuela resultaban ser poco higiénicos por el simple hecho de ir directamente de la huerta al plato, mientras que el supermercado nos ofrecía una pulcritud digna de cualquier centro hospitalario. Ahora resulta que la abuela se ha puesto de moda, al igual que las huertas y todos sus insectos, mientras que la higiene y las inyecciones han dado paso a una invasión-diversión mutante donde, desgraciadamente, lo único que no disminuye es el tamaño.



(Organic Food)

Since time ago, I´ve been thinking about the British food. Obviously, there´s many things that get my attention, too many to be honest. I specify that everytime I say "it gets my attention", the 95% of the time it´s because I feel scared about what I see.


Everytime I go inside a supermarket I stop half a minute to stare at the tricolour bags of peppers as they were some kind of traffic lights. Honestly, when I look at them I really think that any vegetables and fruit section it´s not worth to be visited.

The oddest thing about the topic appears inside the shops where it´s sold that kind of food called organic. At first sight, it sounds weird that the food can get its life back avoiding the supermarket and finishes been exposed to be sold as a natural remedy against the nightmares and tortures that go inside the shopping trolley. The fact is that this kind of establishments say that all what they offer is natural, as food itself, and that everything has been grown organically.

The paradox is served when we think about who are the regular customers who are really proud of not getting involved no active nor pasively in any animal´s killing around this planet, but they enjoy with pleasure while devouring the fruit and veg´s vitality.


The most shocking it´s when I decide to step forward in the reflection or step two backward in the food´s evolution, and realise the cheat, both the organic and the inorganic, if exists: before, the grandma´s products were less hygienic ´cause they came straight from the ground to the plate, while the supermarket offered a neat worthy of any hospital. Now that the grandma becomes cool, as well as her markets and all their insects, while the hygiene and the injections have turned into a funny and mutant invasion where sadly the only thing that doesn´t diminish is the size.

1 comentario:

Olalla Uriarte dijo...

te he mandado en vez de un comentaro un mail. el blog sigue sin ser lo mío....
te decia que aun me acuerdo de quel tomate que compre que podía servir o bien para cocinar o como color rojo de pintura al oleo, no habia distincion.
yo me quedo con las abuelinas y sus dulces, y botillos, y cachelos, y....aysssssss