domingo, 7 de febrero de 2010

Rugby




Ayer dediqué parte de la tarde a ver rugby, concretamente el partido del Seis Naciones que enfrentaba a Inglaterra y Gales. He de reconocer que nunca antes había visto un partido completo, pero ayer me decidí a intentar interpretar en solitario las reglas , tanto las escritas como las no escritas, de este deporte que formará parte del programa olímpico de Londres 2012.

Mientras lo veía me vino a la cabeza un viaje que tuvo como excusa uno de los torneos más importantes de rugby de la región Asia-Pacífico, el HKSevens, que me llevó hasta la ciudad de Hong Kong. El torneo, para aquellos que no sean aficionados al rugby, es algo así como un carnaval multitudinario que gira alrededor de una pelota en forma de melón, tanto dentro como fuera de campo.

Hago un inciso aquí para dejar claro que jamás había experimentado el ambiente de un torneo de este tipo, pero desde entonces sigo sin creerme que pueda haber alguna modalidad deportiva capaz de competir en este sentido con el espíritu festivo del rugby. Hong-Kong es una ciudad de vértigo, o si se prefiere, de contrastes, pero mezclada con esta fiesta multicolor que atrae a gente variopinta de diversas nacionalidades, incluidas Fiji y Samoa, por poner dos exóticos ejemplos, puedo asegurar que este acontecimiento no deja indiferente a nadie. Máxime si como fue el caso, consigues colarte en el estadio donde se celebra la final del Sevens, ves el último ensayo del encuentro, ganan el partido y el torneo los "All Blacks" (el equipo neozelandés) y te bailan una desafiante danza tribal maorí, "haka", en tus narices para celebrarlo y compartir su entusiasmo.

Como se puede entrever en estas líneas nunca me ha interesado demasiado el rugby, y si pasármelo mejor, pero aquel fin de semana me quedó grabado uno de los conceptos básicos de este deporte, "el tercer tiempo", un acto que se celebra al término de cada encuentro y que reúne a los jugadores de cada conjunto para relamerse con cerveza las heridas producidas durante la batalla acaecida durante el tiempo reglamentario.

Además lo que reconozco y valoro sobremanera de este deporte desde entonces, vaya desde aquí mi agradecimiento a mis compañeros de viaje, quienes muy diplomáticamente aceptaron desde antes incluso de subirnos al avión en Bangkok que a mi el rugby me importaba más bien poco, es que ninguna afición de ningún otro deporte se lo pasa mejor, tanto dentro como fuera del campo, gane su equipo o se lleve para casa la famosa cuchara de madera que entregan de manera extraordinaria en el Seis Naciones.

Y es que en otros deportes, mucho más mayoritarios en algunos países como el que me vio nacer, España, o en el que resido actualmente, Inglaterra, la diversión suele tornarse en violencia cuando suena el pitido final del partido, y a veces hasta antes incluso de que de comienzo. En el rugby, por suerte, eso no suele ocurrir y cuando se acaba el partido empieza lo mejor. Es ahí cuando la violencia deportiva se traduce en diversión generalizada.

Y es que como dicen los amantes de este rudo pero elegante deporte de contacto, si comparamos el rugby con el que dicen ser el deporte rey a nivel planetario, "el fútbol es un deporte de caballeros jugado por animales, mientras que el rugby es un deporte de animales jugado por caballeros". De los aficionados sugiero que cada uno saque sus propias conclusiones, para no herir sensibilidades, o si se prefiere, para no enfangarme.


(Rugby)

Yesterday I spent most of the afternoon watching rugby, the Six Nations´ match between England and Wales. I must admit that I had never seen a complete game, but yesterday I decided to try to understand the rules, both written and unwritten, by myself of this sport that will be part of the Olympic program of London 2012.

While I was watching, it came to mind a trip that with the excuse of one of the largest rugby tournaments in the Asia-Pacific region, the HKSevens, led me to the city of Hong Kong. The tournament, for those who are not rugby fans, is something like a massive carnival that revolves around a melon-shaped ball, both on and off the field.

I would point here to make it clear that I had never experienced the atmosphere of an international tournament like this, but since then I still believe there can´t be any type of sport capable of competing in this direction with the festive spirit of rugby.

Hong Kong is a city of vertigo, or if preferred, full of contrasts but blended with this event that attracts motley people from nationalities, including Fiji and Samoa, to take two exotic examples, I can assure that anyone attending this event won´t feel indifferent, especially if, as it was the case, get into the stadium where they celebrate the end of the Sevens, you see the last try of the game, the All Blacks (New Zealand´s team) win the game and the tournament and you go through a challenging Maori tribal dance, "haka", in your nose to celebrate and share their enthusiasm.

As anyone can read in these lines I´ve never been too much interested on rugby, but enjoy myself now and then, but that weekend I got one of the basics of the sport, the third time, an act that takes place after each game, bringing together players from each squad and set to lick its wounds with beer during the battle which took place during the regular time.

Furthermore, what I recognize and greatly appreciate the sport since then, go from here my appreciation to my fellow travelers, who diplomatically agreed even before we got on the plane in Bangkok I cared very little about rugby, is that there´s no taste of any other sport like this, both inside and outside the field, either if their own team win or take to house the famous wooden spoon that deliver dramatically in the Six Nations.

In other mainstream sports, in some countries like where I was born, Spain, or in which I live now, England, the entertainment often turn into violence when the final whistle sounds in the game, and sometimes even before that just from the beginning. In rugby, thankfully, this does not happen, and when the game is finished the best fun comes. That's when the sports violence results in mass fun.

And as rugby fans say say about this rough but elegant contact sport, if you compare rugby with the sport that claims to be the king of sports globally, "football is a gentlemen's sport played by animals, while rugby is a animal´s sport played by gentlemen". About the fans I suggest you to get your own conclusions, not to offend sensibilities, or if preferred not to poach myself.

4 comentarios:

Jaime dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jaime dijo...

"Unecstatic mind" vuelve al ruedo desde el mismo lugar en el que comenzó...

Desde Piedras lo seguimos leyendo!Ánimo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

you have a wonderful site!

David dijo...

thanks for reading, I appreciate your anonymous words, but do we know each other?